Matt Costello (Míchigan, 1993), fue el primer fichaje del Bitci Baskonia el pasado verano, pero el último en unirse al grupo debido a su participación en el Afrobasket con Costa de Marfil. Enamorado del baloncesto y con la idea clara de ser entrenador en el futuro, su versatilidad como jugador lo ha convertido en un comodín, primero para Ivanovic y después para Spahija, pudiendo desenvolverse tanto en el puesto de ala-pívot como en el de pívot. Sin embargo, es en el cinco donde ha realizado su mejor baloncesto y sus dos actuaciones de la semana pasada contra el Armani y el Betis son buena muestra de ello, al promediar 21,5 puntos y 5 rebotes entre ambos encuentros. Su buen rendimiento, sin embargo, no ha evitado que las cosas no le estén saliendo al Baskonia como desean en el Buesa Arena.

Viene de cuajar una gran semana. ¿Siente que se encuentra en el mejor momento de la temporada individualmente?

-La verdad es que me cuesta pensar que este sea el mejor momento para mí. Es cierto que estoy jugando bien en los últimos partidos, pero cuando las victorias no llegan, la frustración por la derrota y la situación del equipo tapa cualquier otra sensación positiva. Las buenas actuaciones individuales no sirven para nada si el equipo no logra triunfos, y lo que más me importa en estos momentos es que los resultados lleguen.

¿Por qué cree que el Baskonia no está rindiendo al nivel esperado?

-En mi opinión lo que más nos está faltando es la consistencia. Los que nos siguen ven en un mismo partido cómo somos capaces de competir muy bien y registrar un parcial de 10-0, pero justo después venirnos abajo y jugar fatal. Tenemos continuos altibajos y somos incapaces de controlar esos malos momentos. Estamos trabajando en ello y creo que la solución es mejorar y ayudarnos unos a otros en defensa para que cuando el balón no nos entra al rival también le cueste encestar.

Neven Spahija dijo recientemente que la plantilla está soportando mucha presión. ¿Lo siente así?

-Sí, somos conscientes de la historia y el gran prestigio que tiene este club, por lo que cuando pasas por una mala racha de resultados sientes que el equipo no está donde debería y que tienes que responder. Es lógico sentir esa presión, todos queremos estar más arriba.

Desde el exterior a veces da la sensación de que no hay buena química entre los jugadores. ¿Cómo lo ve desde dentro?

-Visto desde fuera da la sensación de que el equipo está desunido, estoy de acuerdo en eso. No trabajamos bien como grupo. Sin embargo, no creo que sea un problema de que uno no le pase el balón a otro porque no tienen buena relación, el ambiente en el vestuario es positivo. Pienso que en la plantilla somos todos jugadores con mucho talento y eso nos hace pensar que podemos salir a la cancha y solucionar el problema del equipo por nuestra cuenta, pero las cosas no funcionan así. Tenemos que confiar más los unos en los otros y trabajar juntos para salir de esta situación.

En el último partido contra el Betis se escucharon algunos pitos a Baldwin... ¿Está afectado?

-Wade es uno de los jugadores con personalidad más fuerte que he conocido. Es alguien muy emocional y usa esas emociones en su juego. Sin embargo, no creo que esos pitos le preocupen. Él sabe que tiene que jugar mejor y eso es realmente lo que le duele. Creo que las críticas que se hace a sí mismo son más duras que cualquier crítica que pueda llegar por parte de los aficionados. Él no está contento con su juego y trabaja duro todos los días para cambiarlo. Seguro que encuentra la manera de conseguirlo.

Hablemos de su juego. ¿Dónde se está encontrando más cómodo, en el puesto de pívot o en el de ala-pívot?

-Estoy más a gusto cuando ejerzo de cinco porque es donde he jugado durante toda mi carrera. Sin embargo, la temporada pasada con el Gran Canaria, en verano y al principio de este curso me ha tocado jugar de ala-pívot. Creo que ser versátil es una característica positiva y ser capaz de hacer diferentes cosas me va a ser útil a largo plazo, lo importante es estar sobre la cancha.

Usted no es un pívot clásico, puede anotar desde el perímetro y pasar bien la bola. ¿Eso se trabaja o ha sido siempre su estilo?

-Cuando era joven me hicieron jugar en muchas posiciones distintas, nunca me dijeron que tenía que ser un pívot y ahí fue cuando adquirí esas habilidades que son más comunes en otros puestos. En mi etapa universitaria me encasillaron definitivamente en el puesto de pívot, y quizá perdí algunas de esas aptitudes, pero como profesional he vuelto a trabajar más en ellas.

¿Le ayudó ser entrenador asistente de Michigan State durante su lesión de tobillo en 2019?

-Yo siempre he intentado abarcar con mi visión todo el espacio posible y ser capaz de interpretar lo que sucede en la cancha, pero todos los vídeos que vi y estudié durante esos meses me sirvieron para tener un conocimiento más amplio del juego, sí.

¿Es la defensa un aspecto de su juego a mejorar? Usted y Enoch sufren mucho para contener a los pívots rivales.

-Desde luego, es algo de lo que hemos hablado y en lo que tenemos que mejorar como equipo. Nos cuesta mucho defender esas jugadas de pick & roll con pívots poderosos.

¿Considera que es necesario fichar un 'cinco' de perfil más defensivo?

-En mi opinión, es algo que podemos resolver con la plantilla que tenemos, pero no en el uno contra uno. Si solo nos centramos en que nuestro pívot consiga defender al cinco rival, el contrario va a aprovechar los bloqueos para generar ventajas y siempre va a tener las de ganar. Si somos capaces de estrechar la pista y realizar buenas ayudas podremos contener al pívot rival, no importa que se llame Edy Tavares. Es un aspecto que debemos mejorar de nuestro sistema defensivo.

Usted firmó por tres temporadas. ¿Es Vitoria un buen sitio para asentarse?

-Sí, sin ninguna duda. Me encanta la ciudad, creo que el ritmo de vida de Vitoria es el ideal para mí. No me gustan las grandes ciudades y la mayoría de equipos de la Euroliga pertenecen a los núcleos urbanos más importantes de Europa. Es genial poder competir en la Euroliga en una ciudad más pequeña y acogedora en la que mi familia pueda crecer.

¿Le costó adaptarse al equipo y a la ciudad después del Afrobasket?

-No particularmente. A lo largo de mi carrera he ido cambiando de equipo cada año con la excepción de Gran Canaria, donde estuve dos temporadas, por lo que estoy acostumbrado a estos cambios. Mi mujer también me ayuda mucho, se está volviendo una especialista en esto de cambiar de hogar y consigue hacerlo todo más fácil. Me apoya y me permite centrarme solo en el baloncesto.

¿Cómo fue la aventura de jugar el Afrobasket con la selección de Costa de Marfil?

-Fue una experiencia muy enriquecedora. Era mi primera vez en África y tuve la oportunidad de visitar muchos países distintos y descubrir una cultura que poco tiene que ver con la nuestra.

¿Es muy diferente el baloncesto africano al europeo?

-Diría que se parece más al que se juega en Estados Unidos que al que se practica en Europa. Son jugadores muy físicos y tienes que mantener todo el rato la concentración porque en cualquier momento aparece un adversario de la nada para robarte el balón y anotar rápido en transición.

"Podemos solucionar los problemas defensivos sin fichar a un pívot con defensa coral y buenas ayudas"

"Las críticas que Baldwin se hace a sí mismo le afectan más que cualquier pito que pueda llegar desde la grada"