Tras el triunfo ante el Betis, Neven Spahija asumió que el momento físico del Baskonia no es el ideal y agradeció este parón de once días. “Ha sido complicado para nosotros. Perder este partido hubiese sido duro. Tenemos problemas dentro de la plantilla, estamos exhaustos y con muchas lesiones y problemas. Hemos tenido claro que el mañana no existe sin ganar este encuentro. Hoy había que ir al 200%. Tenía claro cómo vamos a empezar y quién va a jugar más. No es mi forma de entrenar que haya jugadores con 37 minutos, pero al final ganamos. Felicito al equipo por esta victoria, necesitamos descansar”, explicó el croata.
Tras admitir que “el Betis no es el Armani, Zenit u Olympiacos” y confesar su debilidad por Wiley, “un pívot que me gusta mucho y da más calidad a su plantilla”, alabó-, el técnico azulgrana aludió a aspectos tácticos que habían beneficiado al equipo. “Necesitamos que los aleros tengan más tiempo el balón que los bases. Es lo que estamos intentando, prefiero tener un base más que pueda salir desde el banco, pero si no está hay que buscar otras soluciones tácticas”, analizó.
También avanzó que su idea es “dar confianza a Marinkovic hasta el final de temporada”, si bien reconoció que “su posición no es la de dos sino un tres, pero trabajaremos con él para que nos ayude ahí. Quiero que cree un poco más de juego”.
Sobre Baldwin no quiso echar más leña al fuego. “Somos un equipo con cosas buenas y malas. Yo sé que tiene algo desde antes con el público, pero no quiero meterme ahí. Es el jugador que tenemos y hay que trabajar fuerte otra vez con él en cancha y ver qué sale. Hablar de sus cosas malas no me parece bien. Ganamos el partido y hubo jugadores que estuvieron bien y otros mal. Todo el mundo sabe que necesita ser un mejor jugador”, subrayó el balcánico, quien justificó los apuros ante Pasecniks y Wiley por el hecho de que “no tenemos un pívot protector del aro y eso se ve toda la temporada".