Ayer miércoles se vivió una situación ciertamente insólita en la recta final del encuentro entre el Real Madrid y el Olympiacos con un exbaskonista como protagonista. En los minutos finales de un partido igualadísimo y con algún brote de dureza que los de Pablo Laso remontaron en la segunda mitad gracias a un parcial de 51-29, Vincent Poirier vivió una situación que jamás olvidará en su carrera.

El pívot francés del equipo blanco atacó el aro griego con la determinación que es costumbre en él, pero Shaquielle McKissic se interpuso en su camino y con los brazos en alto le propinó un fuerte golpe en la cara que acabó con Poirier sangrando en el suelo y dando fuertes golpes contra el parquet por el daño sufrido.

El galo se marchó a los vestuarios entre agrias protestas a los árbitros, que le señalaron una técnica, y lo que es peor para él, con un diente menos en su boca. Lo más chocante es que fue Yabusele, su compañero de equipo, quien lo encontró sobre el parquet del WiZink Center con su vista de lince y se lo entregó al delegado del Real Madrid tras mostrárselo en primera instancia a los árbitros para que castigaran la dureza de la acción.

McKissic recibió una antideportiva, Poirier no volvió a jugar en los últimos minutos y todo hace indicar que deberá concertar con urgencia una cita con el dentista para reparar la pequeña avería en la boca que sufrió ante el Olympiacos, precisamente el rival que visita mañana el Buesa Arena en otra jornada de Euroliga.