Dice el refrán que de casta le viene al galgo. No es raro ver sagas familiares de ciclistas, atletas, futbolistas y también de jugadores de baloncesto. En el deporte de la canasta famosos son los casos de los Bryant, Joe y Kobe, Curry, Dell y Stephen, Thompson, Mychal y Klay, mientras que en Europa se podrían citar a los Sabonis, Arvydas y Domantas, por ejemplo.

Eso sí, ninguno de ellos coincidió en la pista en partido oficial. Es raro. La diferencia de edad impide que padre e hijo coincidan sobre el parquet. El caso más sonado es el de los Meneghin, Dino y Andrea. Ambos se enfrentaron en el ocaso de la carrera del primero y los primeros pasos del segundo. Algo histórico.

Ahora un exjugador del Baskonia está protagonizando un caso tan inusual como este. Se trata de todo un histórico como Mirza Teletovic. Además, en el caso del jugador bosnio a diferencia del transalpino no tiene que enfrentarse a su vástago sino que juegan ambos en el mismo equipo.

El francotirador de Mostar comenzó el curso en el el KK Turbina, que milita en la segunda división bosnia, para tratar de darle un impulso y ayudarle a recuperar su esplendor pasado y ahí está dando sus primeros pasos su hijo Benjamin, aún un adolescente.

Pues bien, ambos coincidieron en pista el pasado fin de semana en un partido de liga y se convirtieron en los auténticos protagonistas tal y como han señalado diferentes medios de comunicación del país balcánico. Está claro que pese a retirarse del baloncesto profesional hace tres años, el ex jugador del Baskonia aún atesora una calidad incuestionable. A sus 36 años, el alapívot bosnio fue capaz de anotar 38 puntos con una excelente carta de tiro (13/23), coger 8 rebotes y dar cuatro asistencias.

Sin embargo, el momento más emotivo del duelo llegó cuando padre e hijo coincidieron en pista. La grada recibió el momento con un sonoro aplauso, que fue a más al ver en acción al pequeño Benjamin. El éxtasis del graderío fue subiendo enteros tras comprobar como el pequeño de los Teletovic era capaz de meter tres triples consecutivos sin fallo en apenas un minuto. Igualito que su padre. Un francotirador sin complejos que según le llega la bola arma el brazo.

Además, para la historia quedará una jugada en la que ambos fueron protagonistas. Mirza dribla a un contrario, asiste a su hijo que espera bien plantado desde la línea de 6.75 y anota un triple que besa la red de forma limpia. Igualito que su padre. Lo dicho, de casta le viene al galgo.