Adiós a Youssoupha Fall, hola a Landry Nnoko. La revolución interior del Baskonia ha vivido este domingo un capítulo trascendental. Se marcha por la puerta de atrás el gigante senegalés y aterriza en Vitoria el fornido camerunés, que se ha comprometido con la entidad azulgrana por una única temporada en una doble operación que ha sido oficializada en el espacio de media hora.
Fall y el Baskonia eran un matrimonio condenado a separarse desde hace tiempo y la rúbrica definitiva ha llegado este domingo. El club vitoriano ha confirmado un secreto a voces que se venía masticando en las últimas semanas de este frenético mercado estival.
El gigante senegalés deja de pertenecer a la disciplina azulgrana tras tres temporadas -la 2018-19 estuvo cedido en el Estrasburgo francés- donde no se ha asentado nunca como un bastión en el juego interior y su rendimiento, en líneas generales, ha estado muy por debajo de las ambiciosas expectativas.
Un jugador con unas características muy específicas y predestinado a dominar las zonas sustentado en sus 221 centímetros de humanidad ha pasado, a la postre, de puntillas por un Baskonia que, de la mano de Dusko Ivanovic, necesitaba hombres altos con unas características diametralmente opuestas a las de Fall. Ni ha sido un factor determinante atrás ni tampoco se ha dejado sentir adelante, con incluso problemas desde el tiro libre que mejoró este pasado año.
A Fall le quedaba un año de contrato con un alto salario. Los términos económicos de la desvinculación quedarán para las entrañas del Buesa Arena, pero de lo que no hay duda es que el Baskonia consigue aligerar masa salarial para terminar de reconstruir su juego interior. La consecuencia ha sido la inminente llegada de Nnoko.
La entidad alavesa ha estado buscando de forma insistente una salida desde el comienzo del verano a Fall, pero las negociaciones no han avanzado al ritmo deseado por varias razones. En primer lugar, los problemas físicos del pívot en la planta del pie que le hicieron perderse el Preolímpico y el próximo Afrobasket con Senegal y, sobre todo, su elevada ficha, que según diversas fuentes rondaba los 700.000 euros en su último año de vinculación con el Baskonia.
De esta forma, la remodelación del juego interior de cara a la próxima temporada será total. Semanas atrás emigraron Achille Polonara al Fenerbahce, Ilimane Diop al Tenerife y Tonye Jekiri al Unics Kazan. Tan solo Alec Peters permanece en el equipo respecto a la pasada campaña.
Al poco de anunciar la desvinculación de Fall, el Baskonia también ha oficializado la llegada de Landry Nnoko. El poste camerunés, de 27 años y 2.08 metros de altura, se formó en la universidad norteamericana de Clemson e inició su andadura profesional en el Pesaro italiano en la campaña 2016-17. Tras pasar por los Gran Rapids Drive de la G-League, aterrizó en Turquía para completar una notable temporada en el Sakarya con 17.5 puntos y 9.3 rebotes en la liga nacional.
Nnoko iniciará en Vitoria-Gasteiz una nueva etapa profesional tras militar la pasada campaña en el Estrella Roja de Belgrado, donde disputó diez partidos de Euroleague promediando 7.1 puntos y 5.1 rebotes. El nuevo refuerzo azulgrana es un clásico de la máxima competición que no necesita tarjeta de presentación. No es una estrella, pero debe brindar músculo, trabajo subterráneo y, sobre todo, intimidación bajo los tableros.
También vistió las dos anteriores temporadas la camiseta del Alba de Berlín, equipo en el que acumuló experiencia en competición europea -28 partidos en Euroleague, con 8.7 puntos y 5.8 rebotes y 15 más en Eurocup- y se proclamó campeón de la liga germana en 2020 junto al también baskonista Rokas Giedraitis tras promediar 10.6 puntos y 6 rebotes por partido.
Eso sí, se trata de un fichaje con un cierto componente de riesgo ya que la pasada temporada no superó la revisión médica con el Estrella Roja debido a un problema de salud que no fue desvelado. Meses más tarde, Nnoko regresaría al equipo serbio después de que recibiera el consentimiento médico para volver a competir. El jugador viajó a la clinica Mayo de los Estados Unidos para que se le realizaran las pruebas que finalmente acabaron determinando que podía jugar a baloncesto sin mayores problemas. De hecho, acabó el curso a gran nivel siendo clave en la Liga Adriática conquistada por el equipo serbio.
Matt Costello, cuya entrada en el equipo no está prevista hasta bien avanzado septiembre dado que en breve iniciará su participación con Costa de Marfil en el Afrobasket, ya tiene de esta forma un acompañante en la pintura, pero en próximas fechas llegará otro jugador para terminar de dar forma a un proyecto revolucionario de cara al ejercicio 2021-22.
El perfil de ese nuevo fichaje -que deberá disponer de un pasaporte comunitario o cotonou- es sabido por todo el mundo. Ivanovic anhela un jugador atlético, dinámico, con buena mano para abrirse al exterior, un importante juego aéreo a la hora de anotar por encima del aro, susceptible de correr el contragolpe y también capaz de participar en los cambios automáticos en defensa.
Nombres como los de Petr Cornelie y Steven Enoch están encima de la mesa, aunque la primera opción de ambos pívots es encontrar acomodo en la NBA. En el caso del estadounidense con pasaporte armenio, sus derechos pertenecen al Obradoiro y habría que negociar con el club gallego una hipotética compensación económica.
Con la continuidad de Giedraitis y el fichaje de Nnoko, el Baskonia ya cuenta con once jugadores y su plantilla ya se encuentra a punto de ser rematada tras el verano más agitado que se recuerda en los despachos del Buesa Arena.