- Este verano está siendo especialmente traumático en cuanto a la retirada de jugadores que han contribuido a hacer más grande el baloncesto. Después de Felipe Reyes, Vassilis Spanoulis, Nikos Zisis y Fernando San Emeterio -Pau Gasol quizá engrose esta lista cuando acaben los inminentes Juegos Olímpicos de Tokio-, quien dijo ayer basta es Ioannis Bourousis, el pívot griego de 37 años al que los aficionados del Baskonia guardan un especial cariño tras su memorable paso por Vitoria en el ejercicio 2015-16.
El gigante de Karditsa llegó a la capital alavesa con la pretemporada ya iniciada en lugar de O.D. Anosike, quien no convenció a Velimir Perasovic tras su fichaje procedente del Avellino con la etiqueta de máximo reboteador de la Lega italiano. Pues bien, ni los más optimistas del lugar podían imaginar en aquel momento que ese jugador para muchos acabado y de vuelta se convirtiría ese curso en el mejor pívot de la Euroliga.
Bourousis firmó la mejor temporada de su carrera a las órdenes del entrenador croata y, gracias a sus medias de 14,6 puntos y 8,8 rebotes, fue una pieza capital para que el Baskonia alcanzara la Final a Cuatro de Berlín. Tal fue su increíble nivel que integraría el mejor quinteto de la máxima competición junto Malcolm Delaney, Milos Teodosic, Nando de Colo y Jan Vesely.
Tras revalorizarse lo que no está en los escritos, el interior heleno desestimó al final de esa campaña una propuesta de renovación para seguir en el Buesa Arena y optó por regresar a casa firmando dos años con el Panathinaikos. El Baskonia conservó sus derechos en la Liga ACB y ello le valió en el verano de 2019 para obtener 100.000 euros cuando renunció a ejercer al derecho de tanteo y permitió su llegada al Gran Canaria.
La última experiencia como profesional de Bourousis tuvo lugar en el Peristeri, equipo griego donde tan solo permaneció tres meses y del que se marchó en marzo de este 2021. Desde entonces, estaba sin equipo y la retirada era algo que merodeaba con fuerza por su cabeza.
“Todo lo bueno llega a su fin, por mucho que uno no quiera aceptarlo. Después de 21 años, en los que entregué el alma en los estadios, es el momento de despedirme. El niño pequeño de Karditsa vivió más de lo que soñó. Grandes alegrías, títulos y distinciones, reconocimiento y aceptación por parte de la élite del deporte en Europa, pero también decepciones, porque también están en la vida. Todos estos años en mi trayectoria deportiva he tenido la alegría y el honor de llevar la camiseta de los mejores equipos de Europa y eso me enorgullece”, escribió en su despedida Bourousis, que también vistió a lo largo de su dilatada trayectoria las camisetas del AEK, Barcelona, Olympiacos, Armani Milan, Real Madrid, Panathinaikos y Zhejiang Lions.
El griego, al que muchos ya consideraban un jugador acabado, llegó a Vitoria en lugar de Anosike con la pretemporada ya en marcha