La continuidad de Zoran Dragic en el Buesa Arena se convirtió durante el pasado mercado estival en un farragoso culebrón. Los continuos desencuentros con el Baskonia en materia económica a la hora de concretar su renovación mantuvieron en vilo al personal. Pues bien, todo apunta a que este verano volverá a suceder lo mismo pese a que el jugador todavía no tiene constancia de la opinión de las altas esferas respecto a su permanencia o no en la capital alavesa.

El exterior esloveno es uno de los jugadores que acaba contrato este próximo 30 de junio y ambas partes deberán sentarse sí o sí sobre una mesa con el fin de prolongar el matrimonio. Concentrado actualmente con su selección para la preparación del Preolímpico, Dragic ha concedido una entrevista al diario Dnevnik donde, sin dejar titulares llamativos respecto a su futuro, puntualiza que cualquier cosa puede suceder.

“No he hablado aún con el Baskonia. Una vez finalizada la campaña, viajé a Eslovenia y pasé los últimos días con mi familia. Pero definitivamente habrá conversaciones, al igual que con otros clubes interesados. Dejo todas las posibilidades abiertas”, afirmó Dragic.

El balcánico, que en pocos días cumplirá 32 años, aterrizó en Vitoria en enero de 2020 y acumula una temporada y media de militancia como azulgrana. Su sacrificio, no exento de calidad, resultó básico para, entre otras cosas, la consecución de la cuarta Liga ACB de la historia del Baskonia en la burbuja de Valencia. Esta campaña, en la que ha sufrido problemas físicos en el dedo de una mano, también ha ofrecido en líneas generales un rendimiento aceptable amoldándose indistintamente a las posiciones de dos y de tres.

Durante la citada entrevista, eso sí, hizo cierta autocrítica y se mostró disconforme por los minutos jugados. “Estoy contento con ciertos momentos, pero no con otros. Mi temporada ha sido bastante positiva, sobre todo en la Euroliga. Pero fue agotadora, ya que terminamos jugando 80 partidos. Quizás me hubiesen gustado más minutos en determinados tramos, creo que me lo merecía, pero al final la decisión es del entrenador. No puedes influir en él, simplemente debes trabajar duro, jugar bien y tratar de cambiar su forma de pensar”, reconoció.

Siempre cumplidor y una pieza muy del gusto de Ivanovic debido a su raza y generosa entrega en todos los partidos, Dragic está a la espera de conocer las intenciones de un Baskonia en el que se presumen novedades significativas en el juego exterior. El club quiere hacer un hueco, entre otros, al verdinegro Xabi López-Arostegui, aunque los cambios se presumen de mayor calado si finalmente Rokas Giedraitis hace las maletas con destino a la NBA.

Cualquier puzle en el que se encuentre Dragic será bien visto al tratarse de un jugador comprometido con el proyecto, dotado de buenas aptitudes defensivas y también susceptible de anotar en ataque. Tal y como sucedió el pasado verano cuando su renovación fue el último movimiento concretado por el Baskonia, todo apunta a que esta vez también habrá que armarse de paciencia con el futuro de un guerrero muy apreciado por la afición.