La ACB puede concluir mañana con el Barcelona de Sarunas Jasikevicius sucediendo al Baskonia como nuevo monarca liguero y Daniel Hierrezuelo purgando en el ostracismo más absoluto su grave error que apartó el pasado 31 de mayo al equipo vitoriano de la pelea por el título.

El malagueño, considerado por muchos entendidos en la materia como el árbitro de mayor prestigio de la competición doméstica y también un asiduo en las grandes refriegas de la Euroliga, ha pagado caro su vista gorda ante la clamorosa falta de Guillem Vives sobre Pierria Henry a pocos segundos de la conclusión del primer partido de cuartos entre el Baskonia y el Valencia Basket, saldado a favor de los levantinos por la mínima (87-86).

La entidad del Buesa Arena emitió la correspondiente queja ante el Departamento Arbitral de la ACB que, desde luego, no ha caído en saco roto viendo sus designaciones arbitrales a partir de ese instante. Hierrezuelo ha pasado desde entonces a la nevera y no ha dirigido ya ningún partido correspondiente a las eliminatorias por el título, algo muy poco habitual dada su jerarquía entre los hombres encargados de impartir justicia.

La patronal desvelará mañana la identidad de los tres árbitros del segundo asalto de la final entre Barcelona y Real Madrid, pero no se espera que en la terna figure Hierrezuelo. Juan de Dios Oyón y Joaquín García González, los dos colegiados que le escoltaron en la Fuente de San Luis, también han adelantado sus vacaciones desde aquel momento.

La ACB, que nunca hace públicos los castigos a un colegiado, ha reconocido implícitamente así sus graves errores en un partido que se le escurrió al Baskonia de las manos en los últimos segundos. Primero con la falta de Polonara sobre Dubljevic que brindó dos tiros libres al montenegrino y luego con el manotazo no señalizado de Vives cuando Henry armó el brazo en busca de un triple ganador.

El base estadounidense estaba en acción de tiro y, por lo tanto, debía haber dispuesto de tres tiros libres para cambiar el rumbo de los acontecimientos. Hierrezuelo, que en un primer momento hizo el gesto de levantar el brazo para señalizar la falta, se inhibió finalmente en esa jugada y el billete para semifinales se le puso cuesta arriba a un Baskonia que, a la postre, hincaría la rodilla en el tercer partido de la serie ante el Valencia Basket.