El gran partido y el esfuerzo que realizó ayer el TD Systems Baskonia en la Fonteta, tras todos los contratiempos que ha sufrido el equipo en las últimas semanas, no tuvo recompensa y quedó la sensación de que los colegiados pudieron tener algo que ver en el resultado final del encuentro.

El conjunto gasteiztarra tuvo el partido en su mano al cosechar una ventaja de nueve puntos en el último cuarto, cuando puso el 65-74 en el marcador tras un robo de Giedraitis. Si los alaveses hubieran sabido gestionar su ventaja no habría sido necesario hablar de polémicas arbitrales, pero al final la última jugada del partido, en la que Henry intentó lanzar un triple y Vives le arrebató el esférico, dejó, como mínimo, margen al debate y al descontento azulgrana.

Con cinco segundos en el reloj, Dusko Ivanovic paró el partido para dibujar la última jugada. Mientras tanto, en el otro lado de la cancha, Ponsarnau instaba a sus jugadores a realizar una falta lo antes posible, ya que los valencianos todavía podían cometer dos más sin alcanzar el bonus. Consciente de que su marca buscaría detener la jugada con una falta, Henry se dispuso a lanzar nada más recibir el balón, con la intención de que lo enviaran a la línea de tiros libres. Guillem Vives metió la mano mientras Henry armaba el lanzamiento y contactó con el brazo y con el abdomen del norteamericano, sin tocar el balón, en un gesto claro de intentar hacer una falta intencionada.Sin embargo, Hierrezuelo, que en el momento del contacto se encontraba detrás de Henry y no vio el brazo de Vives, decidió no pitar nada y tampoco le corrigieron Juan de Dios Oyón ni Joaquín García. El base baskonista, que exageró el contacto para forzar la falta, se quedó quieto, mirando incrédulo a los árbitros, mientras Polonara pedía que se sancionara la jugada. Al final, el norteamericano no dispuso de la oportunidad de acudir a la línea de la personal, lo que podría haber supuesto la victoria para los gasteiztarras, y el duelo concluyó sin que se revisara la jugada.

OTRAS DECISIONES dudosasEl arbitraje en la última jugada del encuentro determinó el resultado final, pero a lo largo de la velada hubo otras jugadas en las que el trío arbitral no estuvo acertado. En el final del segundo cuarto, por ejemplo, Peters robó limpiamente el balón y se marchaba solo hacia canasta, pero se indicó falta en defensa, devolviendo la posesión al Valencia. También hubo una falta en ataque de Massenat en una penetración con 78-80 en el marcador que no se pitó, permitiendo al exterior azulgrana anotar.

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Poco después también se ignoró una falta defensiva intencionada de Giedraitis sobre Dubljevic al verse en inferioridad en el poste. Su contundente manotazo lo vio todo el pabellón excepto los árbitros, y el estético pívot montenegrino igualó el choque a 82. En definitiva, no fue la noche más brillante de los colegiados.