La Euroliga propondrá medidas para integrar "aún más" a los once clubes propietarios de la misma en la estructura de gobierno de "todas las propiedades colectivas en la próxima Junta de Accionistas". Así lo anunció ayer tras la reunión del comité ejecutivo de accionistas de la Euroliga (ECA), en la que no se tomó ninguna decisión sobre el futuro de Jordi Bertomeu, CEO de la Euroliga desde su fundación (2000) y cuya continuidad expira el próximo mayo.

Mediante un comunicado, los once clubes propietarios (CSKA, Maccabi, Barcelona, Real Madrid, Baskonia, Panathinaikos, Olympiacos, Anadolu Efes, Fenerbahce, Armani y Zalgiris) anunciaron su unidad como "pilar fundacional de su propiedad colectiva", así como su convencimiento de que "dicha unidad ha proporcionado el éxito en los últimos 20 años". "Los once clubes siguen comprometidos en su visión de tomar las medidas conjuntas necesarias para seguir construyendo sobre ese éxito, llevando las competiciones a nuevas cotas", se aseguró en el comunicado.

La reunión tuvo lugar en la sede central de Euroliga, en Barcelona, para debatir sobre la gestión económica y la necesidad de disponer de mayor control sobre la organización. El encuentro se produjo después de que hace un par de semanas se reunieran en Atenas siete equipos (Armani, Efes, CSKA, Maccabi, Olympiacos, Panahinaikos y Zalgiris) que, según todos los indicios, estaban disconformes con la gestión de Bertomeu. En dicho cónclave no participaron los tres españoles (Barça, Baskonia y Real Madrid) ni tampoco el Fenerbahce turco.

Los clubes aspiran a tener un control mucho más intenso sobre la gestión económica de la competición y, sobre todo, percibir más dinero en un momento donde sus arcas se están resistiendo debido a los estragos causados por la emergencia sanitaria. También creen que el nivel de ingresos anuales de la Euroliga es insuficiente y no responde al potencial de la competición.