Conforme se acerca el final del plazo otorgado por la Euroliga para inscribir nuevos jugadores, en concreto las 18.00 horas de este miércoles, el aluvión de fichajes rimbombantes no se ha hecho esperar entre los grandes transatlánticos. Pau Gasol, cuya llegada al Barcelona todavía no ha sido oficializada, ha dejado en un segundo plano otros movimientos de indudable calado que, eso sí, están resultando de lo más llamativos en un contexto de ingresos muy reducidos por la pandemia.
Mientras el club vitoriano se quedará como está pese al agujero dejado en su día en el perímetro de su plantilla por la prematura rescisión de contrato del escolta Khadeen Carrington -ahora gravemente lesionado tras recalar en el Monaco-, algunos rivales directos no renuncian a ser más poderosos.
Si el Olympiacos logró hacerse el fin de semana con los servicios de Kosta Koufos, un veterano pívot griego venido a menos en los últimos tiempos y que fracasó sin paliativos el pasado curso en el CSKA, esta vez le ha tocado el turno a su acérrimo rival acaparar los flashes mediáticos con otra incorporación que a buen seguro dará mucho que hablar.
Mario Hezonja, cuyos derechos en Europa estaban en poder del Barcelona antes de su marcha a la NBA, reforzará el perímetro del Panathinaikos y formará una pareja de lujo junto a Nemanja Nedovic. El exterior croata se ha comprometido por una campaña más otra opcional con el club del trébol, prácticamente fuera de la lucha ya por hacerse un hueco en el 'Top 8'.
El Panathinaikos deberá negociar con el Barcelona dentro de unos meses si quiere seguir contando con los servicios del balcánico al término de esta temporada. Eso sí, a corto plazo buscará un impulso a todos los niveles con la presencia de un jugador que ha decidido regresar al Viejo Continente cuando está a punto de cumplir los 26 años.
Hezonja, una primera ronda del draft en el 2015 que ha militado en tres franquicias diferentes de la NBA (Magic, Knicks y Blazers), fue cortado el pasado 11 de diciembre por los Grizzlies, donde ni siquiera llegó a debutar. Antes de su periplo estadounidense, el alero croata tampoco firmó unas actuaciones deslumbrantes con un Barcelona donde paseó por momentos un excesivo ego y un carácter algo díscolo.