- Si hay un emparejamiento que, sobre el papel, concita todos los focos de estos apasionantes cuartos de final de la Copa es sin duda el Real Madrid-Valencia. Todo un cruce de equipos Euroliga en la primera ronda del torneo del K.O. Caviar de primera para abrir boca pero también, claro está, riesgo máximo para cualquiera de los dos contendientes de tener que emprender el camino de regreso a casa a las primeras de cambio.
Lo que, tanto para los anfitriones como para los taronja, supondría evidentemente un fiasco complicado de gestionar. A priori el cartel de favorito cuelga del casillero del equipo blanco, vigente campeón y actual líder de la clasificación, pero su teórica ventaja no puede considerarse ni mucho menos definitiva. El equilibrio se supone máximo y así lo corroboran los enfrentamientos previos que se han producido este curso. En la ACB se impuso el Real Madrid pero en la segunda jornada de la Euroliga fue el Valencia el que se llevó una cómoda victoria del feudo merengue.
Por lo tanto, el que quiera sellar su billete de acceso a las semifinales no podrá permitirse el más mínimo error ante un adversario que estará preparado con el cuchillo entre los dientes para lanzarse a la yugular y asestar el golpe definitivo. Tanto Pablo Laso como Jaume Ponsarnau tienen a su disposición dos plantillas extensas y repletas de calidad que les permiten recurrir a diferentes estrategias en función de las necesidades que plantee el duelo.
Movimientos que necesariamente tendrán que realizar porque son varias las piezas de ambos conjuntos que arrastran problemas físicos o están directamente descartados -Taylor ha sido el último en sumarse a esta lista-. Carroll y San Emeterio serán duda hasta el último momento. El primero debido a un esguince de tobillo y el exbaskonista por su positivo en coronavirus.
- Del cruce entre Barcelona y Unicaja saldrá el hipotético adversario del Baskonia en la semifinal del sábado si los de Dusko Ivanovic son capaces de derrotar mañana al Joventut. Un hueco que, a priori, parece claramente reservado para la escuadra blaugrana. Porque aunque la eliminatoria entre catalanes y malagueños recuerda a apasionantes duelos del pasado en los que el equilibrio entre ambos era máximo, la realidad es que el paso del tiempo ha abierto un pequeño abismo que los separa.
De esta manera, tras una dura peregrinación por el desierto, el Barça se ha decidido a apostar con fuerza por recuperar su época de mayor esplendor. Para ello no dudó en tirar de cartera para conformar una plantilla de auténtico lujo a la que el pasado verano puso la guinda de Saras Jasikevicius en el banquillo. El lituano, uno de los técnicos más codiciados del Viejo Continente, es el mirlo blanco que los responsables de la entidad confían que sea capaz de devolverla a lo más alto de Europa. Pero antes de pensar en ese cetro continental Saras no quiere dejar pasar la oportunidad de estrenar su palmarés al frente del conjunto barcelonés y afronta esta Copa como una oportunidad inigualable de consolidar su liderazgo.
El Unicaja, por su parte, hace mucho que dejó de ser una alternativa real de poder en la ACB. Temporada tras temporada cuenta sus proyectos por fiascos y no es capaz de sacar rendimiento a sus considerables inversiones. El presente ejercicio no es ni mucho menos una excepción y tras lograr el billete para Madrid en el último suspiro entregó la carta de despido a Luis Casimiro. El griego Katsikaris tomó su relevo pero el rumbo del equipo no se ha reconducido.
- Si hay un torneo que deja la puerta abierta a la aparición de las sorpresas y la irrupción en el primer plano de actores hasta entonces secuendarios ese es sin duda la Copa del Rey. A lo largo de su historia se ha convertido en el escenario en el que han tenido lugar algunos de los asaltos al poder más recordados del mundo de la canasta. Y ese es precisamente el papel que quieren desempeñar los dos conjuntos encargados de dar el pistoletazo de salida a esta edición de 2021.
Tanto el Lenovo Tenerife como el San Pablo Burgos se presentan en Madrid con mucho que ganar y prácticamente nada que perder. Para ambos -especialmente en el caso de la escuadra castellana- estar presente en esta cita ya es un premio en sí mismo y todo lo que puedan añadir a su expediente será un galardón añadido. Claro que si algo han dejado claro insulares y burgaleses es que van sobrados de ambición y que desconocen el significado de la palabra conformismo.
Después de quedarse a las puertas de la edición del año pasado, el Burgos por fin se estrenará en una Copa del Rey tras solamente cinco temporadas en la máxima categoría. Si algo define al conjunto de Joan Peñarroya es su carácter irreverente y con la ilusión del novato por bandera aterriza dispuesto a alargar al máximo el sueño que está viviendo.
Claro que enfrente se va a encontrar con un equipo que no le va a la zaga en deseo. El Tenerife de Txus Vidorreta -con el exbaskonista Huertas y Shermadini como principales armas- acumula ya unos cuantos años engordando un proyecto muy ambicioso y ve en esta Copa el camino más rápido para lograr el objetivo de colarse entre los grandes que persigue.