Parecía algo impensable viendo el catatónico estado azulgrana en una primera mitad de auténtica pesadilla, pero el Baskonia logró despedir el año con un subidón. Remontar la friolera de 17 puntos (23-40) a un visitante tan bien armado como el Valencia Basket no está al alcance de cualquiera y fue algo que consiguió un combinado vitoriano sobrado de amor propio, fe y casta. A falta de buen juego en un epílogo delirante que retrató los miedos de todos los protagonistas, el TD Systems consiguió al menos ser más estable en medio del caos y rescatar un triunfo de oro que mantiene intactas sus aspiraciones continentales.

Poco importan ya los despropósitos de un partido que nadie pareció querer ganar en los tres minutos finales. Bastó un triple de Polonara para castigar a un Valencia en el que su técnico Ponsarnau jugó con fuego y se quemó. Con 71-70 a falta de 29 segundos para la conclusión tras dos tiros libres de Hermannsson, el técnico catalán evitó hacer una falta y permitió que el Baskonia consumiera prácticamente toda la posesión.

Apremiado por el reloj de los 24 segundos, el base estadounidense apuró al límite como demandaba la situación y lanzar un triple con escasa convicción. El rebote terminó en las manos de Kalinic. Para entonces, ya restaban escasos segundos y al alero balcánico únicamente le dio tiempo para lanzar un triple a la desesperada desde su propio campo que ni siquiera alcanzó el aro.

Agónica victoria para un Baskonia que, tras verse contra las cuerdas en la primera mitad, demostró una vez más tener más vidas que un gato. O se le envía a la lona con varios derechazos o resurge de la tumba para obrar el milagro más insospechado. Es la confianza inoculada por Ivanovic, el primero con una fe que mueve montañas. La tropa alavesa se vació para dejar seco a un Valencia convertido en una apisonadora en el cuarto inicial pero incapaz de mantener ese volcánico ritmo anotador en cuanto la férrea disciplina y la mordiente defensiva local hicieron acto de presencia.

Podrá pasar una feliz Nochevieja y no se le atragantarán las uvas a un Baskonia al que Polonara brindó aire fresco en su reaparición con un repertorio total, tuvo en Peters y Giedraitis a dos bastiones indispensables para consumar la reacción y que agradeció la solidez interior de una muralla llamada Jekiri. Una noche con final feliz tras una angustiosa trama en la que el Valencia llevó la voz cantante.

La infernal puesta en escena azulgrana no invitó al optimismo con un sorprendente cinco inicial de Ivanovic en el que el montenegrino apostó por dos canteranos y prescindió de varios pesos pesados. El momentáneo 9-25 a favor de los levantinos tras una incesante cascada de triples resultó sintomático de la incomparecencia alavesa en un partido trascendental para su devenir continental. ´

El Valencia descosió al Baskonia desde todos los lugares merced a su propuesta con cinco hombres bien abiertos. Gracias a un porcentaje de triples de otro planeta -anotó siete de sus primeros doce lanzamientos-, la escabechina ocasionada por el cuadro levantino fue de unas proporciones bíblicas. Retornó Polonara tras dos jornadas en el dique seco y el italiano fue lo poco salvable en un gris Baskonia que se vio desbordado por el inclemente torbellino taronja. Mientras el visitante vio el aro como una piscina, los tiradores locales purgaron su clamorosa falta de confianza. Al descanso se habían minimizado algo los daños en el marcador tras un intercambio de golpes ante un Valencia cuyo balance defensivo también dejó mucho que desear y concedió numerosas canastas fáciles.

El equipo taronja no solo se nutrió de la pegada de sus francotiradores sino también del oficio de Kalinic, un tipo silencioso que se convirtió en otra arma de destrucción masiva en las filas visitantes. Siete puntos consecutivos del balcánico tras el descanso (41-56) precedieron el toque de corneta a la hora de encontrar rendijas por la que meterse en el encuentro.

Pese a que la ansiedad fue creciendo con el paso de los minutos a medida que los tiros abiertos seguían estrellándose ante el aro visitante, el Baskonia se endureció atrás, creció desde una actividad asfixiante a la hora de meter manos y, en definitiva, propició malos ataques de su adversario en un tercer cuarto donde solo consintió 11 puntos.

La tensión agarrotó las muñecas de todos los protagonistas. Acabó reinando el menos malo en medio de un delirante carrusel de errores. El TD Systems pudo sentenciar mucho antes mientras el Valencia también dispuso de infinidad de oportunidades para recuperar la delantera. Por fortuna, Polonara ya había alzado la voz para seguir reivindicando al inquilino del Buesa Arena como un aspirante al Top 8. Su triple y sus tapones marcaron la diferencia.

La increíble fe azulgrana El Baskonia firmó una decepcionante primera parte del encuentro y el espectacular acierto taronja desde el 6,75 le colocó contra las cuerdas. La desventaja llegó a ser abismal (23-40), pero los de Ivanovic crecieron poco a poco desde la defensa, llevaron el partido a su terreno y dejaron seco a un rival que en la segunda mitad vio mermados sus guarismos hasta unos límites insospechados.

Polonara reina en el caos El italiano no pudo tener una vuelta más feliz al equipo tras dos jornadas en el dique seco debido a su esguince de tobillo. En una jornada de perfil árido donde el caos fue alarmante en los minutos finales con dos equipos que rivalizaron en despropósitos, se erigió en la llave de la agónica victoria. El triple que elevó el 71-68 al marcador llevó su firma y en defensa brilló con luz propia con varios tapones.