- Marcelinho piensa el movimiento con esa mente privilegiada y Shermadini remata el trabajo con una facilidad asombrosa. La jugada se repite hasta la saciedad en cada partido. Es un dos por dos de libro que los entrenadores rivales conocen de antemano, aunque casi nadie parece haber encontrado un antídoto para poner palos en las ruedas a la química tan especial existente entre una sociedad única.

Si hay un pick and roll patentado desde hace tiempo a nivel estatal es el ejecutado, de forma magistral, por el timonel brasileño y el poste georgiano. No hay una conexión más diabólica hoy en día en el seno de la ACB que la conformada por Huertas y Gio, dos jugadores con incontables cicatrices en el cuerpo que se entienden con una simple mirada y, ante todo, capaces de hacer muy fácil un deporte, en ocasiones, enrevesado como el baloncesto.

Una pareja que ha recogido el testigo de otras célebres en el pasado que ya hicieron las delicias de los grandes amantes del deporte de la canasta. En Vitoria, por ejemplo, Marcelinho conformó otra sociedad ciertamente letal junto a Splitter que permitió al Baskonia coronarse como monarca liguero en 2010.

Prigioni, otro base a la vieja usanza y un clon del ahora jefe del Tenerife, también sació en su día la voracidad anotadora de Splitter y Scola, dos pívots de leyenda que quizás no hubiesen hecho historia en Vitoria sin un lugarteniente tan cerebral que les diera de comer un día sí y al siguiente también. El argentino, que manejaba el ritmo de los partidos con una sabiduría increíble, sabía poner el balón en el lugar exacto para que su socio anotara una canasta en una posición muy ventajosa tras un bloqueo en lo alto de la bombilla.

Si el Baskonia quiere frenar la espiral victoriosa del Tenerife, es consciente de que, por encima de otras consideraciones, deberá atar en corto a la pareja de moda en la competición doméstica. El Iberostar Tenerife, que infunde mucho temor antes de su desembarco en el Buesa Arena tras haber perdido un solitario partido hasta la fecha en el Palau, ya ha dejado de ser una sorpresa para convertirse en una realidad.

Buena parte de su éxito reside en la magia de Huertas, quien a sus 37 años vive casi una tercera juventud siendo el auténtico motor de los chicharreros con promedios de 14 puntos y 6 asistencias. Shermadini, el hombre más valorado de la ACB con 23,3 créditos de media, es un pívot atípico que también ha alcanzado la excelencia bien avanzada su carrera. Ni tiene un físico explosivo ni sus muelles le permiten jugar por encima del aro, pero va sobrado de experiencia para beneficiarse de la primorosa lectura de juego de uno de los grandes iconos del Baskonia.

El ecosistema creado por Vidorreta para el lucimiento de sus dos grandes referentes le mantiene en la cresta de la ola tanto en la ACB como en la Champions de la FIBA. Aunque el Tenerife viene de endosar 19 triples al Galatasaray en su último compromiso continental, Ivanovic y su cuerpo técnico deben tramar un plan con el fin de contrarrestar la gran amenaza de un visitante sumergido en un estado de gracia desde el arranque del curso.

"No juega muy por encima del aro, pero sí sabe posicionarse muy bien. Es un tipo listo que sabe leer las situaciones de pick and roll y encontrar el hueco en la defensa y eso me facilita mucho las cosas", alega Marcelinho cuando se le cuestiona por su entendimiento con Shermadini sobre una cancha. El timonel paulista, por cierto, ha llegado a Vitoria en un vuelo distinto al de la expedición chicharrera debido a su paternidad.

El exbaskonista, cada vez más decisivo a sus 37 años, se ha desplazado a Vitoria separado del grupo debido a su paternidad