- Encaramado a la zona noble de la ACB, las grandes urgencias del TD Systems Baskonia están centradas sin duda en la Euroliga. El equipo vitoriano necesita reencontrarse a sí mismo en la máxima competición tras dejar escapar ante el Barcelona y el Asvel Villeurbanne sendas inmejorables oportunidades para engordar su casillero de triunfos. Dos derrotas consecutivas como local que, a falta de los partidos pendientes ante el Zenit y el Alba Berlín, le han descabalgado hasta el duodécimo puesto de la clasificación. Todavía hay margen suficiente para reaccionar, pero más de un seguidor azulgrana puede acordarse más adelante de estos tropiezos cuando la pelea por el Top 8 entre en su fase decisiva.
Frente a los blaugranas hubo que lamentar un desfallecimiento mortal de necesidad en los cuatro minutos finales, traducido en un parcial de 0-11 que rescató de la tumba a los pupilos de Sarunas Jasikevicius. Tan o incluso más doloroso resultó la aciaga noche ante el Asvel, una de las cenicientas de la Euroliga que manejó la velada con una autoridad inesperada sustentado en el oficio de Antoine Diot y la hegemonía interior de Moustapha Fall.
El problema añadido para el Baskonia es que cuatro de las cinco jornadas hasta la fecha se han desarrollado en el Buesa Arena y su actual balance es -2 entre los partidos de casa y fuera. Por tanto, necesitará subsanar estos errores tratando de sublevarse en alguna pista teóricamente inaccesible. El consuelo es que, sin público en las gradas hasta nueva orden, el factor cancha se diluye y los visitantes están siendo capaces de sumar más victorias de las habituales.
Frente al todopoderoso CSKA en el Megasport Arena, el maratoniano azulgrana inicia uno de los tramos más peliagudos del calendario. De hecho, casi todos los rivales que le aguardan hasta finales de año son rivales directos por un puesto en el play off de cuartos de final o, en su defecto, tienen miras más ambiciosas dentro del torneo.
La visita a la capital rusa será el preludio de tres jornadas consecutivas en el Buesa ante el Fenerbahce (17 de noviembre), el Panathinaikos (19 de noviembre) y el Zenit, partido aplazado en su día que finalmente ha sido reubicado el 23 de este mes. Luego llegarán las envenenadas salidas ante el Olympiacos (26 de noviembre), donde el Baskonia no sale victorioso desde el lejano 2007, y el Anadolu Efes (4 de diciembre), otro candidato a todo que con Shane Larkin entre sus filas será un hueso muy complicado de roer en Estambul.
No acabarán ahí las dificultades porque, desde ese instante y hasta 2021, el Baskonia recibirá en Vitoria a un Maccabi en horas bajas (10 de diciembre) y al Valencia Basket (29 de diciembre). Entre medias, tres jornadas a domicilio ante dos revelaciones como el Zalgiris (15 de diciembre) y el Bayern Munich (18 de diciembre), además de la visita a Milán para dar la réplica al Armani (23 de diciembre). En definitiva, una fase crucial hasta el ecuador de la fase regular en la que, si la emergencia sanitaria concede un respiro a todos los participantes, el objetivo del TD Systems residirá en no perder excesivo contacto con el grupo cabecero.
Partido en la cumbre. Antes de recibir este jueves al Baskonia en el Megasport Arena, el CSKA afronta hoy (18.00 horas) un test de altura en partido correspondiente a la 'VTB League'. El cuadro dirigido por Itoudis, que cuenta esta temporada con cuatro exbaskonistas entre sus filas (James, Hilliard, Shengelia y Voigtmann), rinde visita a otro conjunto de la Euroliga como el Khimki. El choque promete deparar emociones fuertes porque Kurtinaitis ha recuperado en las filas locales a casi todos los jugadores afectados por el coronavirus en este arranque de campaña. Por tanto, la exigencia será máxima para un CSKA que tan solo ha perdido un duelo ante el Parma en la competición que engloba a 13 conjuntos del Este de Europa. El técnico griego ya dispone de todo su envidiable arsenal después de que Strelnieks, Antonov y Milutinov hayan dejado atrás hace días el covid-19.
Tras el gigante moscovita, Fenerbahce, Panathinaikos, Zenit, Olympiacos, Anadolu Efes y Maccabi pondrán a prueba a los de Ivanovic