- Su vida estuvo a punto de apagarse para siempre un 14 de julio de 2019. Ognjen Kuzmic, pívot del Estrella Roja que mañana recibe al Baskonia en la mítica sala Pionir, regresaba un domingo veraniego de una boda en Banja Luka (Bosnia). Tras chocar frontalmente con su Porsche contra un BMW que circulaba en dirección contraria a gran velocidad, el pívot serbio sufrió un accidente que le provocó graves lesiones en la cabeza y el pecho.

Las imágenes de su vehículo completamente calcinado y boca abajo en la carretera tras la brutal colisión encogieron el alma de los seguidores del inminente rival baskonista en la Euroliga. Desde Belgrado llegaron rápidamente informaciones muy preocupantes respecto a su estado de salud, mucho más después de conocerse que el ex de, entre otros, Unicaja y Joventut tuvo que ser inducido al coma.

El baloncesto europeo quedó en estado de shock y se sucedieron los mensajes de ánimo desde todos los lugares, aunque todo el mundo respiró de alivio días más tarde cuando los médicos precisaron que su vida no corría peligro. La incógnita estribaba en aquel momento en saber si Kuzmic, que acababa de ser reclutado por el Estrella Roja ante las pocas oportunidades que Pablo Laso le estaba concediendo en el Real Madrid una vez restablecido de la rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, sería capaz de volver a calzarse las botas y enfrentarse con garantías bajo los aros a los grandes mastodontes de la Euroliga.

Por fortuna, no le quedaron más secuelas que las inevitables cicatrices tras la delicada operación a la que se sometió en el maxilar superior. Una vez superado el coma, el gigante de 214 centímetros inició el partido más importante de su carrera en un hospital de Belgrado. Una dura pero eficaz rehabilitación le permitió hacer realidad su objetivo 102 días después de aquel fatídico domingo en el que pudo vivir un trágico desenlace, similar al de otras leyendas del mundo de la canasta.

El 24 de octubre del año pasado, Kuzmic regresó a los ruedos en la visita del Barcelona al Stark Arena, que le dedicó una atronadora ovación al recibir la alternativa por su entonces entrenador Andrija Gavrilovic. "Después de todo lo que he pasado, pienso que es indescriptible poder volver", subrayó días antes de su esperado retorno.

Kuzmic será mañana uno de los principales obstáculos en el camino del Baskonia hacia su segunda victoria en la Euroliga. El pívot del americanizado Estrella Roja, que probó fortuna en su día en la NBA disputando 37 partidos con Golden State Warriors y que en la Euroliga también ha defendido los colores del Panathinaikos, se ha asentado en la actualidad como la boya de referencia de una de las teóricas cenicientas de la Euroliga.

Prueba de la confianza en él y que está completamente restablecido de aquel episodio es que el club serbio acababa de renovarle hasta junio de 2023. "Mi lealtad al Estrella Roja fue una decisión fácil en todos los aspectos. Después de todo lo que me pasó y dejé atrás, pocos creerían en mí y me ayudarían en todos los sentidos como lo hizo Estrella Roja", recalcó Kuzmic. Un pívot sin grandes fundamentos técnicos ni prodigiosos recursos pero capaz de cambiar muchos tiros de los adversarios en las inmediaciones del aro y que en la incontestable derrota encajada por los balcánicos en la pista del Fenerbahce fue el más valorado de su equipo con 12 dígitos tras sumar 7 puntos y 7 rebotes.

Tras ser inducido al coma y ser intervenido en el maxilar superior, Kuzmic reapareció a los 102 días con el club que le ha renovado hasta 2023