VITORIA - Jordi Bertomeu tiene claro que el título de la Euroliga no puede volver a quedar desierto tras la dolorosa cancelación registrada la pasada temporada a causa del coronavirus. La máxima competición continental vive el jueves su pistoletazo de salida en medio de un mar de incógnitas. Sus rectores han diseñado un riguroso plan anticovid con el fin de hacer frente a los problemas derivados de la pandemia, pero nada garantiza su desarrollo normal teniendo en cuenta que hay equipos de 10 países distintos y en cada uno de ellos no están implantadas las mismas restricciones a la hora de combatir la emergencia sanitaria.
Si la suspensión de partidos o la reubicación de los mismos en ciudades neutrales comienzan a ser una tónica en el futuro, Bertomeu ha dejado caer que será necesario activar un plan B. La única solución en ese caso pasaría por seguir los mismos pasos que la ACB para la resolución de la pasada campaña con un torneo exprés y concentrar todos los encuentros en una sede fija. Es decir, la conocida ya como burbuja.
“Sabemos que habrá dificultades durante la temporada y veremos cambios de última hora. Habrá partidos que se jugarán en otro país y reasignaciones de árbitros. Si las cosas empeoran y tenemos que parar, como pasó en marzo, volveríamos a nuestro plan de mayo. Todo estaba listo, el único problema era que tres o cuatro equipos no podían salir de sus países. Por eso no hubo burbuja. Pero teníamos toda la logística preparada, al igual que ahora”, ha reconocido Bertomeu, que de paso insta a los clubes a fletar los costosos vuelos chárter con el fin de no aumentar los riesgos de contagio.
También ha abordado otros aspectos de candente actualidad como el hecho de que once de los 18 participantes vayan a arrancar esta edición de la Euroliga sin el apoyo de su público en casa. “Sabemos que los clubes ganan mucho dinero con la venta de entradas, por lo que la ausencia de la afición sigue siendo un reto. En algunos países habrá gente en las gradas, en pequeñas cantidades obviamente, pero eso no depende de nosotros sino de los gobiernos”, ha querido aclarar un Bertomeu consciente del difícil momento financiero por el que atraviesan gran parte de los asociados.
Por último, el CEO de la Euroliga ha confirmado que a corto plazo está descartado un posible aumento de equipos y que “el siguiente paso será aceptar dos licencias más permanentes para el Asvel y el Bayern”. A su juicio, tanto el proyecto francés como el alemán son lo suficientemente solventes en el plano financiero como para que se sumen a la extensa nómina de privilegiados, entre ellos el TD Systems Baskonia, con una plaza para competir prácticamente de por vida en la máxima competición continental.