- El Valencia Basket arranca la Liga ACB con la esperanza de que los importantes refuerzos que ha hecho en su plantilla, principalmente con la mirada puesta en la Euroliga, le permitan volver a luchar por los títulos nacionales. La normativa de las competiciones dice que el club valenciano no puede ganar su presencia en la Euroliga 2021-22 por la vía de la Liga y que sólo repetirá en la máxima competición europea si queda entre los ocho primeros de esta temporada y siempre por delante del Alba Berlín. Esta circunstancia hará que lograr esa clasificación para los cuartos de final del torneo europeo sea el primer objetivo del equipo valenciano para esta campaña. Con esa idea se ha reforzado pero también con la de que ese salto en la calidad de la plantilla le debe llevar a acercarse aún más al título de la ACB.
Tras conquistar su primera Liga en 2017, el Valencia ha llegado a unos cuartos de final y a dos semifinales, aunque la pasada campaña tuvo un triple para meterse en la final en su eliminatoria a cara o cruz con el Baskonia, que acabó alzando el título. Aunque la diferencia presupuestaria con el Real Madrid y el Barcelona sigue siendo notable y evita la exigencia de llegar a la final, el Valencia debería poder aprovechar cualquier despiste de ambos.
Con Jaume Ponsarnau al frente del equipo por tercera campaña seguida, el club ha vuelto a apostar por una plantilla de catorce jugadores para poder compaginar ambas competiciones, aunque ahora mismo una de esas fichas la ocupa el base andorrano Quino Colom que no cuenta para el técnico y que podría acabar saliendo del equipo y dejando un hueco.
A la continuidad que estaba pactada por contrato de Guillem Vives, Vanja Marinkovic y Joan Sastre se unieron las renovaciones de Sam Van Rossom, Fernando San Emeterio, Bojan Dubljevic y Mike Tobey. Con las de los tres primeros, el club se asegura un armazón de experiencia y calidad para la nueva plantilla y con la de Tobey poder contar con un jugador que pareció despegar en el tramo final de la pasada campaña y que se espera que sea un pívot de elite.
En el apartado de refuerzos destacan el sólido base islandés Martin Hermannsson, que renunció a ofertas como las del Fenerbahce, y dos referentes del potente club turco de la pasada campaña, el alero Nikola Kalinic y el pívot Derrick Williams. Los tres han brillado ya en la Euroliga y deben permitir al equipo tener una regularidad de la que careció la pasada campaña, en la que le costó mucho arrancar el torneo pero también jugar los partidos decisivos al final. Lo mismo en España.
Completan la lista de fichajes los prometedores Klemen Prepelic, que tras desvincularse del Real Madrid buscará otra entrada en la cúspide europea, y Jaime Pradilla, que deslumbró en su aparición la pasada campaña con el Zaragoza.
Respecto a las bajas, la única no deseada fue la del alero gallego Alberto Abalde, que tuvo que abonar su cláusula de rescisión para fichar por el Real Madrid. Por lo demás, el club dejó marchar a Jordan Loyd, Maurice Ndour y Aaron Doornekamp e incluso pagó por romper el contrato de Brock Motum. Se espera a un Valencia sin tantos bajones en la dirección, más sólido físicamente y con un punto más de talento para desatascar partidos, algo que le debería permitir esquivar sus malos inicios anteriores.