- Se acabaron los bolos veraniegos y empieza lo realmente interesante. La Supercopa, posiblemente sin el glamour de otros entorchados pero al fin y al cabo un título que siempre gusta ganar, se abre paso esta tarde en Santa Cruz de Tenerife para el TD Systems Baskonia. Y lo hace con una reedición del inolvidable último encuentro de la pasada Liga ACB celebrado en la burbuja de la Fonteta. El conjunto vitoriano se ve las caras con el Barcelona en busca del primer paso hacia la conquista de un galardón que se resiste desde hace 12 años.

Desde aquella edición del 2008 en el Príncipe Felipe de Zaragoza, la competición que inaugura oficialmente la temporada baloncestística se mantiene como una asignatura pendiente. En más de una ocasión incluso, el Baskonia ni siquiera ha tomado parte en la Supercopa al no haber hecho méritos para inmiscuir su figura por culpa de sus discretos resultados domésticos. Esta vez el club alavés se ha clasificado por la puerta grande tras levantar el 30 de junio su cuarta ACB de la historia en una fase final cuyo recuerdo todavía permanece imborrable en la retina de los seguidores azulgranas.

Sin embargo, la gloria del embriagador éxito cosechado en tierras levantinas ya es historia y el presente conduce este fin de semana a los pupilos de Ivanovic hacia un desafío de altura. Para conquistar la quinta Supercopa, el Baskonia deberá tumbar hoy en la primera semifinal a un Barcelona con una fisonomía prácticamente idéntica a la de la pasada campaña descontando el aterrizaje de Sarunas Jasikevicius en el banquillo. En caso de sortear este obstáculo, mañana le espera el ganador del enfrentamiento Real Madrid- Iberostar Tenerife con claro favoritismo para los merengues.

Con los equipos lejos todavía de su mejor tono tanto físico como baloncestístico, emerge un partido de signo incierto. Puede que el Baskonia haya dejado mejores sensaciones que el ogro culé en el ambiente en esta pretemporada tan atípica marcada por la pandemia, pero ello servirá de poco cuando el balón se lance al aire.

Con el shock del corte de Khadeen Carrington y un juego exterior huérfano de una gran mordiente exterior en el que Dragic deberá dar un paso al frente, las dificultades para batir al Barcelona serán obviamente mayores que en condiciones normales. Henry y Vildoza compartirán minutos en pista y a Ivanovic no le quedará otro remedio que tirar de los canteranos para refrescar al plantel.

El consuelo es que no es oro todo lo que reluce alrededor de un Barcelona que en esta época veraniega ha dejado algunas dudas en el ambiente y viene de perder en el Palau Blaugrana la Liga Catalana ante el Andorra. Mientras trata de asimilar los nuevos conceptos de Saras, el técnico que más unanimidad ha suscitado en los últimos tiempos en la Ciudad Condal, el catalán es actualmente un grupo con grietas evidentes en el juego interior -aún se desconoce la identidad del sustituto de Tomic- y también con problemas de pegada al estar ahora sus dos escoltas lesionados (Kuric y Higgins).

El único fichaje blaugrana hasta la fecha, Nick Calathes, le proporcionará eso sí un evidente salto de calidad en cuanto termine de acoplarse a los esquemas. El director de juego greco-estadounidense, en su día icono del Panathinaikos, ha compartido minutos en esta pretemporada con Heurtel y junto a Mirotic se perfila como una de las amenazas para un Baskonia que tiene ante sí el primer reto de un curso muy ilusionante.