TD SYSTEMS BASKONIA Henry (6), Raieste (4), Giedraitis (16), Polonara (26), Jekiri (8) -quinteto inicial-, Carrington (7), Sedekerskis (2), González, Diop (2) y Peters (16).
RETABET BILBAO BASKET Rouselle (9), Brown (11), Zyskowski (10), Kulboka (14), Balvin (18) -quinteto inicial-, Betolaza, Rigo (6), Reyes, Ruiz, Dos Anjos, Moses (3) y Jones (6).
Parciales 15-25, 24-17, 17-17 y 31-18.
Árbitros Juan Carlos García, Sergio Manuel y Sánchez Mohedas. Eliminaron por cinco faltas a los visitantes Jones (min. 31) y Rouselle (min. 36), que también fue castigado con una técnica.
Pabellón Mendizorroza. Final de la Euskal Kopa disputada ante 445 espectadores (aforo completo) en el primer encuenro con público tras la pandemia.
- A fuego lento. Así cocinó ayer el TD Systems su primera victoria de la pretemporada, que supuso además la conquista de la Euskal Copa en un derbi ante el Bilbao Basket que quedará para la historia como el partido en el que el público regresó a las gradas (aunque fuera para ocupar únicamente un tercio del aforo habitual del pabellón de Mendizorroza). Un fuego que mantuvo a intensidad media desde que arrancó la contienda hasta que Polonara lo avivó con su habitual efervescencia en el arranque del último cuarto para provocar unas potentes llamaradas que terminaron por abrasar a un adversario sin ningún extintor a mano.
El encuentro arrancó con una evidente declaración de intenciones por parte del Baskonia, que prácticamente desde el primer balón que se puso en juego se aplicó en una intensa defensa a todo el campo. Dificultando la subida de la pelota por parte del Bilbao Basket desde el mismo saque de fondo complicó sobremanera el ataque del equipo vizcaíno, que incurrió en varios errores. Unas pérdidas que los de Dusko Ivanovic no perdonaron y convirtieron rápidamente en canastas sencillas. Y esa es sin duda una de las señas de identidad que quiere mostrar a toda costa la escuadra azulgrana. Máxima actividad en la retaguardia para encontrar puntos fáciles al contragolpe.
Una receta sencilla de teorizar pero no tanto de llevar a la práctica. Menos aún en el momento de la temporada en el que se encuentra el equipo, todavía inmerso de lleno en el trabajo de preparación del curso y de acoplamiento de las muchas caras nuevas que se han incorporado. Ello motivó que fueran apareciendo pequeños desajustes defensivos que se tradujeron en situaciones ventajosas para los hombres de negro. En especial desde el triple, los de Alex Mumbrú encontraron la llave de la cueva baskonista y comenzaron a abrir hueco en el marcador hasta llegar a los once puntos de renta máxima (23-34) mediado el segundo periodo. Sin las canastas de los contragolpes al Baskonia le costó mucho más encontrar el camino hasta el aro y, pese a dominar el rebote, evidenció que todavía no está ni mucho menos fino en ataque.
Aún así, fue capaz de seguir enganchado al marcador recurriendo a su innata capacidad para no descolgarse. Manteniendo la fe en su trabajo de desgaste, la escuadra de Dusko Ivanovic continuó obligando a su rival a emplearse al máximo en cada ataque si quería obtener algo positivo. Además, se mostró muy incisiva provocando numerosas personales de su oponente. Un castigo que, poco a poco, empezó a pasar factura a los de Mumbrú. El técnico catalán debió mantener en el banco durante bastantes minutos a algunas de sus mejores piezas y a falta de nueve para el final ya perdió a Jones, eliminado con cinco faltas.
Un escenario que un depredador con el instinto asesino del Baskonia no dejó pasar por alto. El plantel gasteiztarra olfateó la sangre antes incluso de que comenzase a manar por la herida y se lanzó a degüello a por su presa. Ahí emergió la figura de Achille Polonara para convertirse en el indudable protagonista (acabó luciendo la txapela que distingue al MVP de la final) de la tarde. El italiano inició un periodo de imparable efervescencia a 2.48 para el final del tercer cuarto. Anotó un triple que puso al TD Systems por delante en el marcador (56-54) por primera vez desde el 10-9.
A partir de ahí llegaron otros trece puntos casi consecutivos en el último periodo -solo Giedraitis anotó otra canasta- que llevaron el resultado hasta el 71-68 y, sobre todo, dejaron claro al Bilbao Basket que estaba ante una incontenible tormenta de fuego. El cuadro vizcaíno intentó refugiarse pero, para entonces, todo el Baskonia marchaba ya al son de Polonara y el desenlace estaba escrito. Solo una peligrosa e innecesaria falta antideportiva de Brown sobre Giedraitis puso algo de pimienta en un final que certificó la victoria azulgrana y abrió la puerta de la senda que desea recorrer en el futuro.
El jugador transalpino firmó una estadística espectacular con 26 puntos, 6 rebotes y 32 de valoración en los 22 minutos que estuvo en pista