- Para quien ha degustado el más excelente de los jamones ibéricos, regresar a la mortadela que hace no tanto tiempo devoraba con fruición no es plato de buen gusto. Por eso, volver a catar de nuevo uno de los menús más deliciosos de los que se pueden disfrutar, la final de la Liga ACB, es ya toda una alegría para la parroquia baskonista, ayuna de sonrisas en los últimos tiempos. Un viaje de vuelta a las viejas y buenas costumbres que durante una década mágica en el arranque del milenio -con su prólogo en 1998 y su epílogo en 2018- fueron el pan nuestro de cada día sobre el mantel azulgrana. En total, hasta la que se dirimirá esta noche, el club vitoriano ha disputado ocho finales ligueras, con un saldo de tres victorias (2002, 2008 y 2010) y cinco derrotas (1998, 2005, 2006, 2009 y 2018). Y aunque se recuerdan algunos desenlaces que todavía duelen en el alma, cabe recordar que los tres títulos llegaron cuando la condición de favorito recaía claramente en el rival; lo mismo que ocurrirá esta noche con un Barcelona ante el que se persigue el cuarto entorchado y abrir de nuevo las vitrinas con el inquilino más inesperado de todos.

El novedoso TAU Cerámica, surgido una vez finalizada la fructífera etapa de ManelComas y comandado por SergioScariolo en el banquillo, consiguió el hito histórico de comandar la liga regular de la ACB por primera vez en la historia del club con un juego rápido y divertido comandado por ElmerBennett, con dos ejecutores del calibre de Espil y Beric en las alas y la fuerza en las zonas de Scott y Burke, con relevos de calidad en las figuras de Millera, LucioAngulo, Abad y Garbajosa. Tras fulminar al Unicaja en cuartos y al Barcelona en semifinales con sendos 3-0, el TDK Manresa era el sorprendente rival en la final tras deshacerse del Real Madrid. Los baskonistas se las prometían muy felices, pero era un oponente con trampa, en un momento de forma excepcional y que ya había ganado a los vitorianos los dos duelos en la fase regular. Con LuisCasimiro al frente del banquillo, JoanCreus, a punto de cumplir 42 años, guió a los manresanos al título, perfectamente secundado por la pareja interior conformada por Alston y Sallier, con Jones y Capdevila en el exterior. Tras asaltar el pabellón Araba en el primer partido con una prórroga, el Baskonia igualó la serie, pero cayó en dos encuentros cerrados y dramáticos en el Nou Congost, con desastroso carrusel de tiros libres, para perder su primera final (1-3).

El proyecto de DuskoIvanovic había empezado de manera sensacional la temporada anterior con la participación en la final de la Euroliga, pero en los torneos domésticos el TAU se había quedado a las puertas de esos partidos por los títulos. Una situación que se remedió un año después. Primero, con la tercera Copa en la historia del club, celebrada además en Vitoria. Pero, sobre todo, con el primer título liguero -después de haber quedado a las puertas de la Final Four- en una serie final descomunal en la que los azulgranas barrieron al Unicaja (0-3) con el factor cancha en contra. Tras haber sido cuarto en fase regular, el TAU eliminó al Pamesa en cuartos (3-1) y al mejor equipo de la temporada, el Barcelona, en semifinales (1-3). El Unicaja se las prometía felices tras haber tenido un camino sencillo hasta la final, pero el doble bofetón sufrido en el Martín Carpena determinó una serie que se resolvió en el tercer partido en Vitoria. Con una defensa durísima y un juego colectivo excepcional, los Bennett, Foirest, Sconochini, Nocioni, Scola, Oberto y Tomasevic conducían al Baskonia a la gloria del doblete.

La quinta y última temporada del primer ciclo de Ivanovic en el banquillo se cerró con el que seguramente sea el episodio deportivo más amargo en la historia del club. Dominador de la fase regular y finalista de la Euroliga, alcanzó la serie por el título como claro favorito ante el RealMadrid. La serie ya empezó torcida, con los blancos remontado el primer partido en el último cuarto, pero el TAU consiguió enderezarla con victorias consecutivas en Vitoria y Madrid. Igualaban los de Maljkovic en el cuarto -siempre con Bullock como referente- y todo se tenía que dirimir en el Buesa Arena. Un partido serio del Baskonia tuvo su premio en una renta de ocho puntos a un minuto del final, pero a partir de ahí llegó el desastre. Nueve puntos consecutivos del Madrid culminados con el triple de AlbertoHerreros -que estaba firmando una serie desastrosa- desde la esquina silenciaron al baskonismo. Estupefacción y una oportunidad de oro perdida (2-3) por los Prigioni, Calderón, Macijauskas, Vidal, Hansen, David, Scola y Splitter.

Lejos del traumatismo que se esperaba, la etapa posterior a Ivanovic siguió siendo exitosa. Eso sí, también turbulenta. No en vano, la inicio como entrenador PedroMartínez (ganó la Supercopa) y en noviembre llegó VelimirPerasovic, que condujo a la cuarta Copa y a la segunda Final Four consecutiva. Tras acabar la fase regular en la segunda plaza y eliminar a Girona y Barcelona en el camino hacia la final, el TAU llegó a la serie decisiva físicamente tocado y con la sustancial baja de un Prigioni que ya se había perdido varios partidos y reapareció muy mermado tras la primera derrota. El Unicaja de Scariolo y Garbajosa se mostró más fresco y con las ideas más claras y ganó con claridad (3-0).

El TAU de la temporada 2007-08 suponía un borrón y cuenta nueva respecto a su versión anterior (tercera Final Four, pero eliminado en semifinales ligueras tras comandar la fase regular y un final de curso horrible con Maljkovic), con NevenSpahija al frente del banquillo y el difícil reto de cubrir el huevo dejado por la marcha de Scola. A los Prigioni, Planinic, Rakocevic, Teletovic o Splitter se unieron tres americanos de enorme potencial y presencia física como McDonald, Mickeal y Singleton. El año fue de todo menos sencillo por los muchos problemas extradeportivos y la dificultad del equipo para rendir con regularidad en la cancha, lo que se agravó perdiendo la Copa en Vitoria. Pero, a partir de ahí, el equipo fue creciendo hasta su cuarta Final Four -de haber llegado Splitter sano...- y un play off por el título en el que superó a Valencia y Unicaja antes de encontrarse con el Barcelona en la primera de tres finales consecutivas entre ambos. Como en 2002, dinamitó el factor cancha con sendas exhibiciones en el Palau y el tercer partido no tuvo historia ante la abrumadora superioridad de los vitorianos, campeones por segunda vez (0-3).

La vuelta a la tortilla y la peculiar revancha del Barcelona sobre el Baskonia y también sobre un Ivanovic que había regresado a Vitoria tras una mala experiencia en el Palau. El TAU consiguió ganar la Copa y también fue el mejor en la fase regular de la ACB por delante de los culés, pero los de XaviPascual cerraron el paso a los azulgranas a su quinta Final Four haciendo valer el factor cancha. Y también impedirían el título liguero gracias a un tiro final de Basile en el primer partido de la final que les permitió a los culés sentenciar como locales (1-3).

La tríada de finales entre Baskonia y Barcelona vivió un último capítulo en 2010, de nuevo con una resolución sorprendente. Los culés habían sido los grandes dominadores de la temporada, campeones de Copa y de Europa y habiendo cedido apenas cinco derrotas en todo el curso. El ya CajaLaboral había penado lo suyo por culpa de las lesiones, pero se alzó al segundo puesto de la fase regular, factor clave para apear en semifinales al Real Madrid. Todos se esperaban un paseo triunfal de los blaugranas en la final, pero el Baskonia emergió en su máxima expresión. Dureza defensiva, sensacional reparto de roles (Huertas, Ribas, Oleson, English, Herrmann, Teletovic, Eliyahu...) y el paraguas descomunal que suponía Splitter encauzaron la serie con dos victorias en el Palau antes de un partido con un final maravilloso en el Buesa Arena culminado con el 2+1 de San Emeterio para el 3-0.

El Baskonia había perdido por completo la costumbre de aparecer en los partidos por los títulos -la Final Four de 2015 era la excepción- y se presentó de manera inesperada en la final de la ACB de 2018, una temporada que comenzó sin patrocinador y que acabó con Kirolbet manchando la camiseta ante el RealMadrid. Con PedroMartínez de nuevo en el banquillo tras suplir a un Prigioni que dimitió tras su mal arranque, el juego coral del técnico barcelonés hizo que el equipo brillase como colectivo por encima de las individualidades -talento había a raudales con los Huertas, Granger, Vildoza, Beaubois, Janning, Timma, Garino, Voigtmann, Shengelia, Diop o Poirier- para ser segundo en la fase regular. Tras eliminar a Unicaja y Barcelona, el la serie definitiva esperaba el Real Madrid de PabloLaso, gran dominador de la década. El Baskonia sorprendió a domicilio en el primer de la serie y también arrancó con furia el segundo duelo, pero una lesión de Voigtmann le dejó muy mermado y Doncic encontró acompañamiento en una plantilla larguísima para el triunfo blanco (3-1).

Los tres entorchados baskonistas (2002, 2008 y 2010) han llegado cuando su rival partía como claro favorito, como ahora

La de hoy será la cuarta final entre Baskonia y Barcelona -jugaron tres seguidas de 2008 a 2010-, con balance favorable (2-1) a los vitorianos

En su década mágica, la primera del milenio, el club azulgrana disputó seis finales ligueras, con prólogo en 1998 y epílogo en 2018