- La ACB cruza los dedos a corto plazo para que la emergencia sanitaria permita reanudar definitivamente la competición y todavía debe asignar a una ciudad la organización de su fase final con 12 participantes, pero también se prepara ya para abordar un futuro repleto de incógnitas. De cara a la planificación de la temporada 2020-21, se avecina un nuevo conflicto con la Federación Española de Baloncesto, cuya determinación de que haya dos ascensos desde la LEB Oro puede propiciar un escenario más enrevesado y peliagudo si cabe para asiduos de la Euroliga como el Baskonia. Si ya era difícil cuadrar hasta ahora un calendario con 18 equipos, la inclusión de dos nuevos asociados en la patronal tiene visos de abrir la puerta a una revolución en el formato que no se atisbaba desde hacía varias décadas.
Según desveló ayer el diario As, la ACB baraja en este instante la posibilidad de que la próxima campaña carezca del picante de un play off por el título para resolver la identidad de su campeón si finalmente se impone el deseo de Jorge Garbajosa y la próxima edición cuenta con 20 equipos. Su presidente Antonio Martín está sondeando la opinión de los clubes con el fin de saber su postura ante un escenario completamente novedoso que privaría a los aficionados de la máxima emoción de uno de los sellos inconfundibles del considerado por muchos mejor torneo dentro de Europa.
En lugar de demostrar su fortaleza física y mental en las apasionantes eliminatorias al mejor de tres o cinco partidos, el campeón vería premiada su regularidad a lo largo de una fase regular de todos contra todos. Es decir, el formato que rige en el fútbol con la salvedad de que el baloncesto carece del mismo seguimiento mediático.
De confirmarse una ACB con dos equipos más, el calendario se vería más sobrecargado todavía en una próxima campaña plagada de eventos. A la salvaje exigencia de una Euroliga que reserva una doble jornada a lo largo de siete semanas, habría que añadir la necesidad de encajar los encuentros de las selecciones nacionales en las ventanas FIBA, el Preolímpico y los Juegos de Tokio. Los grandes como el Real Madrid, Baskonia y Barcelona son partidarios desde hace años de que la competición doméstica se vea adelgazada para aminorar el trajín de sus plantillas y no cabe duda de que esta nueva vuelta de tuerca con cuatro partidos más coincidiendo con la crisis del covid-19 serviría definitivamente para desenterrar el hacha de guerra. A buen seguro reaparecerían las viejas amenazas de escisión que parecían haber quedado en saco roto.
Otra de las opciones encima de la mesa, además del sistema de todos contra todos, sería la de dividir a los 20 equipos en dos grupos de 10 cada uno con posteriores eliminatorias por el título, algo que se vivió por última vez en la temporada 1990-91. Cabe recordar que desde la creación de la ACB en la década de los 80 el sistema de play off ha sido intocable añadiendo una picante incuestionable a la resolución del campeonato. Más de tres décadas después, la continuidad de este exitoso modelo puede tambalearse ante la determinación de Jorge Garbajosa de que haya dos ascensos. "Con la ACB tenemos una relación muy continua y cordial. Cada uno defiende sus intereses, pero sabiendo que el baloncesto español siempre es uno. La ACB no ha dicho que no vaya a permitir ascensos y tenemos un convenio de coordinación que establece dos ascensos. En los tres últimos años se ha llevado a cabo y ha hecho que ambas ligas sean más potentes", subrayó ayer el presidente de la Federación.
Los clubes de LEB Oro son conscientes de que tendrán de su lado a la FEB y al Consejo Superior de Deportes en este agrio conflicto y amenazan con llevar a los juzgados cualquier idea en el seno de la ACB que suponga un menoscabo de sus intereses. En caso de que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus no amaine, serán el primer y el segundo clasificado de la LEB Oro en el momento del parón, el Carramimbre Valladolid y el Gipuzkoa Basket de Marcelo Nicola -dos clásicos con numerosas batallas a sus espaldas-, quienes hagan realidad su objetivo de volver a codearse con la élite del baloncesto estatal.