Vitoria - Por fin una alegría. Pese a que el partido no dio mucho de sí, el ambiente de la grada continúa siendo de bastante resignación y un apático Stauskas -al que Ivanovic ha puesto la cruz- prácticamente no dispuso de tiempo material sobre la cancha para tratar de reconciliarse con los suyos, el Baskonia cogió ayer algo de aire ante un inofensivo Asvel. Más le vale aprovechar este asequible tramo del calendario para recortar la amplia desventaja respecto a la octava posición o, en caso contrario, encarará las últimas jornadas de la Euroliga sin un átomo de esperanza.
Las victorias llegan con cuentagotas en esta temporada y conviene celebrarlas en su justa medida, pero hasta en los días donde el Baskonia recupera la sonrisa en cuanto al marcador queda una sensación en el ambiente de inconformismo. La visita del Asvel debía servir para alimentar la alicaída autoestima azulgrana tras cuatro derrotas consecutivas entre ACB y Euroliga, pero cualquier medianía es capaz de complicarle la vida. Tan solo por pura inercia sacó adelante una velada insípida y de ritmo anodino que provocó el bostezo de casi todos los presentes.
Pese a su ceguera ofensiva y sus terribles limitaciones, el conjunto francés se mantuvo con vida hasta bien entrado el último cuarto a base de continuas defensas alternativas. Tras un inquietante 62-57, Janning fue el providencial apagafuegos para evitar que el botón de la camisa apretara con más fuerza el cuello. Dos triples del georgiano frenaron el ímpetu de un visitante que, sin estrellas en el equipaje ni acierto desde la larga distancia ni el concurso de dos piezas fundamentales (Kahudi y Jackson), cayó como una fruta madura.
El partido se le puso de cara al Baskonia desde bien pronto merced a un alto ritmo ofensivo. La presencia de dos torres bajo los aros como Payne y Jekiri fue sorteada sin grandes apuros gracias a la pujanza anotadora de Eric y Shengelia. Sin alardes especiales, el equipo vitoriano amasó cómodas ventajas frente a un Asvel escaso en cuanto a talento pero que incomodó más de la cuenta con diferentes planteamientos en labores de contención. Sin embargo, hubo que cocer a fuego lento un áspero triunfo que no pasará a los anales de la historia por su vistosidad.
Como cabía esperar, el choque respondió al farragoso guión esperado. Anotación con cuentagotas en ambos lados en varias franjas del mismo, un ritmo cansino, constantes interrupciones y excesivo trabajo subterráneo que dejó escaso margen para las florituras. Stauskas, el hombre sobre el que estaban centradas todas las miradas, ingresó en pista en el minuto 13 entre los aplausos de la grada que ha perdonado su grotesco cruce de cables en Madrid. Lejos de reivindicarse, el canadiense pasó de puntillas por otra jornada más. En su lugar apareció Dragic para otorgar buenas dosis de verticalidad y mordiente al juego exterior.
Demarraje definitivo El segundo cuarto estuvo presidido por el atasco azulgrana en ataque. Ivanovic volvió a desconfiar de sus dos bases, ya que devolvió a Janning a un puesto en el que se siente muy incómodo. Payne, desplazado ayer por Mitrovic al puesto de cuatro, también destapó las débiles costuras atrás de Shengelia y fue el elemento desestabilizador de la defensa vitoriana bien secundado por el emergente Maledon. El Asvel percutió con ahínco hacia dentro y tanto Eric como Fall ya estaban condicionados por sus tres faltas con mucho por jugarse.
Otro arreón del Baskonia sí amenazó con ser definitivo a la vuelta de los vestuarios. Christon consiguió cogerle el pulso al encuentro encontrando un perfecto equilibrio entre su faceta como pasador y su aguijón ante el aro visitante. El Asvel recibió una estocada casi definitiva que le dejó sin capacidad de reacción. En un visto y no visto, el conjunto alavés metió una marcha más y quebró la resistencia gala a base de una óptima circulación de balón, rápidas transiciones y también interesantes conexiones entre sus pívots. Un repertorio variado que fundió los plomos a una de las cenicientas de esta Euroliga que, por razones inexplicables, atesora hoy en día las mismas victorias en la tabla clasificatoria. Si el Baskonia evitó males mayores fue igualmente por las evidentes carencias de un visitante que desperdició infinidad de tiros abiertos. En definitiva, una pequeña tregua para un colectivo con infinito margen de mejora.
las claves
Poca vistosidad, pero mucha seriedad Este Baskonia no está hoy en día para grandes alardes y sí ganar partidos como ayer. A base de pico y pala, mucho sudor y bajar al barro con el fin de ponerse al mismo nivel de equipos antipáticos como el Asvel, que dio más guerra de la prevista y tan solo se desconectó de la velada tras dos providenciales triples de Janning dentro del último cuarto tras un inquietante 62-57.
El criterio de Christon El base americano ha dejado entrever en pocos partidos que puede ser un fichaje de gran utilidad en lo que resta de temporada. Suyos fueron los mejores destellos de una noche por momentos soporífera en la que el Baskonia acreditó problemas de fluidez ante una defensa tan física como la gala. Sin embargo, el equipo alavés apenas sufrió apuros.