vitoria - El billete para el Top 8 ya es desde hace tiempo algo virtualmente imposible para un Baskonia que divisa más lejos que nunca el objetivo que se propuso antes de que echara a rodar la Euroliga más exigente de la historia. Las lesiones de jugadores clave no subsanadas, los errores de bulto en la planificación del proyecto y, al mismo tiempo, la altanería de numerosos rivales directos que han invertido lo que no está en los escritos en la confección de plantillas rutilantes mantienen este ejercicio al equipo vitoriano en el tren de los rezagados. Un torneo que penaliza como nadie las imperfecciones, cuya dureza se lleva por delante al más pintado, está siendo cruel.

Las tres victorias de desventaja respecto a la zona de privilegio constituyen una brecha prácticamente insalvable cuando ya restan catorce partidos para la conclusión de la maratoniana fase regular. Las esperanzas a la hora de contemplar la silueta azulgrana por cuarta vez consecutiva entre la flor y nata del Viejo Continente se han reducido prácticamente a la mínima expresión. El milagro pasa por sumar un mínimo de diez victorias -una hipótesis muy difícil teniendo en cuenta que todavía restan las visitas al Anadolu Efes, Maccabi, Real Madrid o Barcelona- y que los adversarios directos también pongan su granito de arena fallando más de la cuenta en esta segunda vuelta.

Otro dato que alimenta la desazón de los aficionados baskonistas es que desde la lejana sexta jornada, momento de la contundente victoria ante el Bayern Munich en el Buesa Arena, el Baskonia comenzó a perder el contacto con la zona cabecera. El octavo puesto ha seguido a tiro hasta prácticamente la semana pasada cuando la doble derrota en el desplazamiento a Rusia ante el Zenit San Petersburgo y el CSKA ha relegado al conjunto vitoriano a la zona que coquetea peligrosamente con el farolillo rojo.

El peor escenario para el Baskonia sería volver a perder mañana en el Buesa Arena en la antesala de dos nuevas salidas ante el Olympiacos y el Real Madrid, que ya está advertido del peligro azulgrana tras el desenlace del partido correspondiente a la ACB que se celebró el pasado domingo.

De salir indemne de esta tacada de partidos, el Baskonia puede llegar a ver algo de luz en vista del calendario que deberá afrontar entre las jornadas 24 y 28. A priori, será el momento propicio para la remontada teniendo en cuenta que el cuadro de Dusko Ivanovic recibirá sucesivamente en casa a tres oponentes asequibles (Asvel Villeurbanne, Zalgiris y Estrella Roja), viajará una semana más tarde a Múnich para dar la réplica a un decepcionante Bayern y acogerá luego la llegada de otro visitante a su alcance como el Alba de Aíto García Reneses. El objetivo es titánico, pero puede que el Kirolbet no haya dicho todavía su última palabra en esta Euroliga donde las decepciones se siguen sucediendo a un ritmo vertiginoso.