la reciente cena de Nochebuena, donde seguramente no faltó el célebre asado argentino que tantas pasiones levanta entre los baloncestistas albicelestes, reunió hace días en Madrid en la misma mesa no solo a los dos rivales de esta tarde sino también a otros jugadores que compiten en la ACB como el Pato Garino o Nico Laprovittola. Son sinónimo de fantasía, creatividad y desparpajo al frente del timón, que en ocasiones necesita un punto de locura para romper la monotonía por mucho que los entrenadores de turno aboguen por una disciplina espartana.

Entre los muchos duelos interesantes que se vivirán esta tarde en el Buesa Arena, destaca sobremanera el que protagonizarán Luca Vildoza y Facundo Campazzo en la dirección de juego. Ambos irreverentes argentinos, predestinados a insuflar algo de aire fresco a una selección albiceleste bastante devaluada en los últimos tiempos y necesitada de un urgente relevado generacional, se ven las caras en uno de los momentos más dulces de sus respectivas carreras. Dos jugadores sobre los que recae la compleja responsabilidad de pilotar sendas escuadras ambiciosas que requieren de un plus de calidad, carácter y personalidad.

A sus 27 primaveras, Campazzo lleva mucho tiempo consolidado entre los mejores de su puesto no solo en la ACB sino también en la Euroliga, mientras que la irrupción de Vildoza durante su año y medio de militancia azulgrana está siendo de lo más prometedora y amenaza con conducirle en un breve plazo de tiempo hacia el estrellato. Apreciado su nivel, ambos están dando continuidad a la excelente camada de bases argentinos de los últimos tiempos, que incluyó previamente a nombres carismáticos como Pablo Prigioni y Pepe Sánchez.

jefes de sus equipos Convertido en su día en un problema para el Madrid, que no le hacía hueco en su plantilla y le envió por espacio de dos campañas al Murcia, Campazzo ha progresado a fuego lento hasta convertirse esta campaña en el auténtico jefe del Real Madrid. Ni siquiera la presencia de Sergi Llull, todavía lejos de su mejor nivel, ha conseguido eclipsar a este director volcánico que, pese a su déficit en cuanto a centímetros, exhibe a diario sus dotes de mando.

Si bien a menudo le cuesta controlar sus emociones, resultan sonados sus encontronazos con los rivales y también le persigue una fama conflictiva debido a sus brotes de dureza, la evolución del Facu ha sido espectacular de un tiempo a esta parte. No solo observa el juego como pocos con un punto de gravedad más bajo de lo normal, sino que ha mejorado de forma ostensible su tiro exterior y se convierte en un china en el zapato de sus pares gracias a esa incansable presión que se traduce en incesantes robos de balón.

En la acera vitoriana, Vildoza no se queda corto en cuanto a descaro. Tras pasar de puntillas en el inicio de la pasada temporada, pocos aficionados al basket en Vitoria dudan ya acerca de que el Pibe de Quilmes -como así se le apoda en Argentina-, está predestinado a ser el base del futuro del Baskonia a poco que alcance la madurez definitiva. Con apenas 22 años, esta promesa nacida en Mar del Plata se ha hecho con las llaves del equipo azulgrana, que siempre ha sabido descubrir mejor que nadie el talento escondido en el país albiceleste y que dispone de un filón con este base al que se le vincula con la NBA en un futuro no muy lejano. Hoy dispondrá de una gran ocasión para reivindicarse ante los muchos ojos argentinos que no perderán detalle del choque desde la distancia.