vitoria - No es jugador que acapare excesivas portadas ni sobresale a nivel mediático como otros, pero su reciente hoja de servicios es lo suficientemente imponente como para que el Baskonia esté con las orejas tiesas. Puede que más de uno se esté tirando ahora de los pelos en las oficinas del Buesa Arena por haber dejado escapar la oportunidad de reclutar a un cupo que en el actual entramado dirigido por Perasovic hubiese resultado de una inducable valía. Descartado por el Barcelona en el verano de 2017 tras un largo lustro en el que no pudo explotar su vena como francotirador ni reivindicarse en un gigante venido a menos como el blaugrana, Marcus Eriksson se ha destapado, a sus 25 años, como una de las muñecas más calientes y mortíferas del Viejo Continente.

Pocos exteriores atesoran tanto veneno en sus manos cuando arma el brazo y, bien plantado con los dos pies en el suelo, ejecuta esas plásticas suspensiones que suelen ser casi siempre indefendibles para sus pares. Como no podía ser de otra forma, los interiores del Gran Canaria siempre se esmeran en realizarle buenos bloqueos con el fin de que se libere de la pegajosa marca de su defensor y pueda lanzar en unas condiciones aceptables.

Este silencioso nórdico, un consumado especialista desde el 6,75 que en el pasado reciente ya ha dejado su impronta en algún concurso de triples de la ACB, ha sido una pieza capital en las tres recientes victorias del Gran Canaria en la Euroliga. Con 13 triples, ha conseguido acribillar sucesivamente las defensas del Darussafaka, Armani y Buducnost. Una racha más que notable que le ha permitido encaramarse a la undécima posición de mejores pistoleros de la competición con 25 dianas de 52 intentos, lo que equivale a prácticamente un 50% de acierto. En definitiva, un dos-tres de gatillo fácil que habría podido paliar la escasa puntería acreditada este curso por el Baskonia, cuyos problemas a la hora de encontrar cupos de utilidad son de sobra conocidos. En el caso de Eriksson, su caché tampoco está por las nubes para más inri. - O.S.M.