vitoria - Hay promesas que, a menudo, se escapan a las posibilidades de un Kirolbet Baskonia todavía con limitaciones pese a su mayor músculo financiero en los últimos tiempos. En el DNI del club vitoriano siempre figura la imperiosa necesidad de captar talento a edades tempranas, pero hay sueños en forma de fichajes que se han desvanecido a lo largo de los últimos años sin que el interés trascendiera a la luz pública. Uno de ellos fue Jan Vesely, objeto de deseo de la dirección deportiva azulgrana al que resultó imposible reclutar cuando su imparable progresión como baloncestista adquirió unas cotas ciertamente impensables.

El ojo clínico de Alfredo Salazar se detuvo a finales de la pasada década en un delgaducho y espigado alero que empezaba a crecer en dos clubes desconocidos como el Snakes de su ciudad natal (Ostrava) y más tarde en el Slovan esloveno. De ahí saltaría al Partizan de Dusko Vujosevic, un técnico especializado durante su carrera en moldear a perlas con un potencial descomunal.

El seguimiento vitoriano se recrudeció durante su etapa en los Balcanes, pero Vesely ya era por entonces a sus 20 primaveras un jugador consolidado y predestinado a dar con sus huesos en la NBA. Sus vuelos acrobáticos, sus mates o sus tapones, todo ello amparado en unos brazos interminables y una envergadura colosal que le permitían defender a rivales mucho más altos, pusieron los colmillos largos a numerosas franquicias al otro lado del Atlántico. Cualquier ilusión del Baskonia quedó desbaratada de un plumazo.

Como integrante del cuadro sepultutero, Vesely alcanzó un hito insospechado como el billete para la Final Four de París en 2010, donde perdió el billete para la final tras caer en la prórroga ante el Olympiacos. Aquel Partizan era un bloque descarado e irreverente que rompió moldes. El checo era la punta del iceberg con los primeros síntomas de su peligrosidad en el juego aéreo. Su facilidad para saltar y maltratar el aro hicieron de él una tentación irresistible para la NBA. En el draft de 2011, resultó escogido por los Wizards con el número 6. No triunfaría en Washington ni tampoco más tarde en los Nuggets, por lo que en agosto de 2014 se embarcó en el proyecto del Fenerbahce.

Tras ganar masa muscular durante su ciclo americano y mejorar el juego de espaldas, Vesely se ha reconvertido en un interior de altos vuelos. Pese a ello, no ha perdido ni un ápice de sus señas de identidad: la velocidad, la agilidad y unas condiciones atléticas privilegiadas. Con un físico espectacular, ya no rehúye el contacto con ningún pívot dentro del Viejo Continente. El consuelo es que se le pueden hacer faltas, ya que es un sospechoso tirador desde la personal.