La vigésimotercera jornada de la Euroliga entrañaba un serio peligro para el Baskonia pero, tras la disputa de la primera etapa de la misma, bien puede decirse que el conjunto vitoriano ha salido relativamente bien parado de esta amenaza. El riesgo se encontraba fundamentalmente en dos escenarios. El primero, el Megasport Arena moscovita en el que el plantel de Pedro Martínez rendía visita al CSKA, implacable líder de la tabla. Como era previsible antes del inicio del duelo, este se saldó con triunfo local, lo que dejaba a los alaveses en una posición delicada.

Entonces, todos los ojos azulgranas se giraron hacia el Martín Carpena malagueño, donde el Unicaja recibía al Maccabi de Tel Aviv, octavo clasificado y objetivo baskonista para poder acceder a los play offde cuartos de final. Una victoria israelí ante el cuadro andaluz -ya virtualmente sin opciones de clasificación- habría supuesto un durísimo golpe para las opciones vitorianas de asaltar ese octavo puesto. Y es que, de haber ganado, el plantel de Neven Spahija se habría situado con trece victorias en la clasificación. Tres más que el Baskonia con únicamente siete jornadas por delante para enjugar esa diferencia.

Sin embargo afortunadamente el Unicaja se alió con la escuadra de Zurbano y se impuso al Maccabi. De esta manera la octava plaza, aunque difícil, continúa estando al alcance del plantel de Pedro Martínez, que cuenta con la ventaja de disputar cinco de estos siete partidos pendientes en el Buesa. Uno, precisamente ante los israelíes.