vitoria - Con el verano encarando su recta final, la mayoría de piezas codiciadas del mercado han encontrado acomodo o están en proceso de hallarlo. De la misma manera, muchos equipos tienen ya el grueso de su plantilla atado y aguardan inquietos a pescar los jugadores adecuados que completen dicho núcleo.

No obstante, siempre hay algunos baloncestistas de cierto caché en Europa que, por diversas razones, no consiguen encontrar un nuevo destino profesional. Resultan condenados a vagabundear en ligas menores o a contentarse con una porción de pastel mucho más pequeña de lo que habrían merecido en otras temporadas o circunstancias.

Casualmente, este verano hay varios jugadores con pasado en el Baskonia que actualmente se encuentran sin equipo. Algunos con más fama o garantías que otros, pero todos ellos despiertan dudas en algún aspecto concreto. De lo contrario, es muy posible que ya tuvieran nuevo club en el que jugar.

El más conocido de ellos probablemente sea Tiago Splitter. El pívot brasileño firmó en su día un gran contrato con los Spurs que disparó su cuenta corriente. No obstante, en el tercer año sufrió una lesión en la cadera que solo le permitió jugar una treintena de partidos con el equipo al que fue traspasado, los Atlanta Hawks, que a su vez le mandaron a los Philadelphia 76ers. La dolencia se le complicó sobremanera al brasileño y solo disputó un total de ocho partidos. A sus 32 años, todo apunta a que las puertas de la NBA ya están cerradas para un poste venido a menos en el plano físico. Europa, no obstante, podría ser una opción más asequible para el interior que una vez dominó la pintura azulgrana.

En la lista de exbaskonistas sin equipo hay otro espigado jugador de características muy diferentes a las del brasileño, pero que tiene aún más difícil la labor de seguir dedicándose al baloncesto de manera profesional. El sujeto en cuestión no es otro que Andrea Bargnani. El italiano, fichado por el Baskonia hace un año con intenciones de ser referencial en la plantilla, despierta todavía más dudas en el plano físico. Lleva sin jugar desde febrero y, a las diferentes dolencias, hay que añadir una actitud cuanto menos cuestionable. Cerca de cumplir 32 años, la única oferta a Bargnani de la que se ha tenido constancia proviene de la Segunda División italiana. Concretamente de la Virtus de Roma, ciudad natal de Il Mago.

Un caso más sorprendente es el de Chase Budinger. El norteamericano, que llegó a Zurbano la pasada campaña con la competición ya comenzada, no realizó una mala temporada y fue de menos a más en los planteamientos de Sito Alonso. Sin embargo, su principal punto débil -las lesiones- volvió a atacarle en la recta final del curso. Esto, sumado a su condición de extracomunitario, podrían ser las razones por las que el Baskonia no ha querido renovar al exNBA. Más extraño parece que Budinger no haya encontrado siquiera otro destino en el que seguir su trayectoria deportiva.

Por último, Joey Dorsey y Colton Iverson son otros dos de los jugadores que todavía no han encontrado acomodo. Estos, más que por problemas físicos, generan recelo debido a actitudes sospechosas. Pocos pívots existen en Europa con el poderío físico que desprende Dorsey. Sin embargo, da la sensación de que el estadounidense nunca ha estado en disposición de mostrarlo en plenitud, incluida su etapa en Vitoria, bastante discreta. El Barcelona fue el último equipo en hartarse del voluminoso interior, que ahora, al igual que Iverson, está en la agenda de la Virtus Bolonia.

Por su parte, Colton Iverson cumplió en su única temporada como baskonista, aunque tampoco realizó nada fuera de lo común. Su complicada situación salarial con el club desembocó en que el pívot de notable pasado universitario saliera por la puerta de atrás del Buesa Arena y se ganara la antipatía de los aficionados. Iverson jugó el año pasado para el Maccabi, que no le renovó tras una decente campaña.