Madrid - El Real Madrid quiere ganar el clásico ante el Barcelona, en versión Euroliga, porque le da un valor doble. En caso de victoria aseguraría matemáticamente el factor campo en los play off de cuartos de final de la competición y borraría las últimas derrotas del equipo.
Un clásico es mucho más que un partido cualquiera, ya sea de competición doméstica o europea y, en esta ocasión, para el Madrid la victoria significaría abrazar otro de sus objetivos como la ventaja de pista en los cruces de cuartos de final. Hace apenas diez días, el combinado merengue se impuso al Barcelona en Liga con otra genialidad más de Sergio Llull, que consiguió otra meritoria canasta victoriosa en los últimos segundos.
Con respecto a este cercano duelo, el Madrid cuenta con la incorporación de Trey Thompkins, que no está dado de alta en la Liga Endesa, y de Andrés Nocioni, que sale de una lesión en el pie. Cada encuentro es distinto y cada momento de los equipos diferente. El equipo de Pablo Laso viene de dos derrotas “dolorosas”, en palabras del técnico. Y el clásico puede hacer borrón y cuenta nueva para un Madrid que ha bajado de revoluciones desde que se adjudicase la Copa del Rey el pasado mes de febrero.
Aunque cuando se pregunta a todos, entrenador y jugadores, sobre las causas del bajón, siempre se habla de la gran cantidad de partidos y de viajes, parece que el excelente trabajo del equipo realizado hasta la fecha y el colchón clasificatorio en ambas competiciones ha permitido al Madrid no tener que ir con el acelerador pisado a fondo.
Este ahorro de energías y también, quizá, una menor concentración puede haber sido la causa de tantas derrotas en los últimos choques. Un clásico es la ocasión perfecta para reactivar la mente y el cuerpo. El Madrid lo sabe y no quiere dejar pasar la ocasión, máxime, si como es el caso, la victoria tiene un doble valor.
Al Barcelona, eliminado matemáticamente tras la victoria del Efes en Kaunas, le queda el consuelo esta temporada de haber ganado dos veces al Madrid, en la semifinal de la Supercopa (93-99) y en el partido de la primera vuelta de la Liga ACB (85-75). Pero, como ha sido la tónica de toda la temporada en el equipo catalán, después de un gran resultado contra el Madrid le ha sucedido la hecatombe. Llegó en la final de la Supercopa, en la que perdió estrepitosamente contra el Gran Canaria (79-59), y tras la victoria en la Liga, le sucedió uno de los muchos ridículos padecidos este curso, pues en la Euroliga los madridistas ganaron en el Palau por 63-103.
Ahora al Barça, que muy probablemente saltará a la pista del Real Madrid sin ningún tipo de presión, se le presenta un partido que debería afrontar con espíritu ganador pero con pocas creencias, ya que ni la victoria le podría ayudar, debido a la dependencia de otros partidos. El conjunto catalán va a necesitar mucho más que el acierto que mostró el pasado domingo el finlandés Petteri Koponen, quien protagonizó una segunda actuación en la ACB con el 100% de acierto anotador. Un encuentro más, Justin Doellman seguirá de baja y son dudas Vitor Faverani y Marcus Eriksson, este último con molestias en el tobillo. - Efe