vitoria - Aroma a partido grande esta noche en Zurbano. Pocas jornadas continentales entrañan tanto interés y morbo a lo largo de una temporada como la visita del vigente campeón de la Euroliga, más si hay un sabroso billete para el Top 8 en juego. El Baskonia se refugia en el calor del Buesa Arena para dar un paso de gigante hacia los cuartos de final. El éxito ante el todopoderoso CSKA, con sus dos estrellas rutilantes a la cabeza (Teodosic y De Colo) y un conjunto inabordable si juega al máximo de sus posibilidades, se cotiza siempre muy caro, aunque no es un partido determinante para las aspiraciones azulgranas gracias al buen colchón de que dispone y nada estará perdido si esta noche se impone la lógica en la cancha alavesa.

El miedo escénico de su sexto jugador y una posible desmotivación de los rusos con sus deberes hechos en esta fase regular alientan la esperanza de una victoria que, esta vez sí, dejaría al Baskonia prácticamente con los dos pies entre la flor y nata continental. Tras el subidón de un valor incalculable acaecido la semana pasada ante el Fenerbahce, la formación vitoriana se ha conjurado para repetir otra actuación superlativa. Si el adinerado conjunto turco ya constituye de por sí una montaña muy difícil de hollar, el desafío de tumbar al CSKA entraña una dificultad si cabe mayor por el dinamismo y el vértigo de su juego eminentemente ofensivo.

Con más de 87 puntos de media por velada, el ruso es el bloque más anotador de la competición. Buena culpa de ello la tiene el talento inagotable de sus dos grandes referentes en el perímetro. Con Teodosic y De Colo en nómina, Itoudis respira muy tranquilo mientras que los técnicos rivales rara vez traman en la pizarra alguna pócima que permita reducir su álgido manantial anotador. Todo el juego moscovita gravita alrededor de ambos fuera de serie, si bien el CSKA también cuenta con otros lugartenientes de lujo que le convierten en uno de los más firmes candidatos al título.

La electricidad de Jackson al frente del timón, la solidez del todoterreno Higgins, el oficio de veteranos siempre al pie del cañón como Fridzon o Khryapa, la versatilidad de Vorontsevich o el despliegue físico de Hines pese a su falta de centímetros aumentan el fondo de armario en manos del entrenador griego, en el punto de mira tras su incendiaria rueda de prensa del año pasado en la que clamó de malas maneras contra el arbitraje. Un rival superior en condiciones normales que en la ida ya aplastó sin miramientos al Baskonia -28 puntos separaron a los dos equipos en el Megasport Arena-, aunque al CSKA ni mucho menos le va la vida en el envite.

Dado que únicamente persigue el primer puesto de la fase regular en dura competencia con el Real Madrid y el Olympiacos, esa factible falta de tensión en el CSKA puede nivelar las fuerzas e ilusiona a la parroquia azulgrana, deseosa de ver cómo el cuadro ruso, tal y como sucediese en el Top 16 de la pasada temporada, hinca la rodilla en un Buesa que estará casi lleno.

Se busca otra noche mágica en la Euroliga para, de paso, olvidar el amargo sinsabor de la última derrota a nivel doméstico en el Nou Congost. Nada mejor que tumbar al vigente campeón europeo para que la derrota ante el Manresa quede como algo anecdótico. En un escenario más estimulante para una plantilla con dificultades evidentes a la hora de compatibilizar dos torneos tan exigentes e impulsado por el embrujo del Buesa, el Baskonia confía en ofrecer nuevamente su mejor versión. Ante una de sus tradicionales bestias negras desde que nació la Euroliga, no le queda otro remedio que endurecerse si quiere competir con un CSKA dotado de una desbordante capacidad ofensiva y que es capaz de causar un destrozo al más pintado con unos simples minutos de inspiración.