vitoria - Debería ser lo habitual pero, desgraciadamente, no lo ha sido ni mucho menos hasta el momento. Precisamente por esa excepcionalidad se convierte en noticia que el Baskonia pueda disponer, por fin, de toda su plantilla al completo. Y es que, si todo se desarrolla según lo esperado, el encuentro de mañana frente al Fenerbahce será el primero desde que arrancó el ejercicio en el que Sito Alonso podrá elegir libremente entre todos sus jugadores. Es verdad que en alguna ocasión anterior la escuadra de Zurbano había comparecida con las doce fichas preceptivas pero solo gracias a la presencia de alguno de los temporeros de los que se ha visto obligado a echar mano ante los numerosos problemas que le han afectado.

En esta oportunidad, en cambio, podrá presentar su conjunto de gala, con los hombres que están destinados a definir el futuro del equipo en el presente ejercicio. Todo ello será posible gracias a la recuperación de Andrea Bargnani, que se ha perdido los seis últimos encuentros debido a un golpe en el gemelo que recibió en el duelo con el Zalgiris de Kaunas. Desde entonces ha debido permanecer en el dique seco y aunque el plantel vitoriano ha podido solventar bastante bien su ausencia -con un balance global de cuatro triunfos y dos derrotas-, a nadie se le escapa que está destinado a ser la principal referencia sobre el parqué y que, por lo tanto, su baja siempre es un problema.

El italiano ya pudo ejercitarse junto a sus compañeros en la sesión del martes y ayer volvió a hacerlo sin problemas por lo que, a priori, podrá ser de la partida en el emportante compromiso de mañana contra el Fenerbahce turco. Un duelo que, inevitablemente, traerá a la memoria de todos los baskonistas la semifinal de la pasada Final Four de Berlín en la que la escuadra otomana dejó a la alavesa fuera de la lucha por el título en la prórroga. Sin duda una excelente motivación para afrontar el encuentro y tratar de sumar una victoria de gran calado ante uno de los planteles más fuertes de esta Euroliga. Con Bargnani en pista, el Baskonia gana un arma poderosa para intentarlo aunque, evidentemente, acusará la falta de ritmo.