vitoria - Si se analiza cualquier equipo, sea de la disciplina que sea, resulta sencillo comprobar que está integrado fundamentalmente por dos tipos de jugadores, los todoterreno y los especialistas que brillan especialmente en un apartado del juego. Suelen ser hombres de unas características muy específicas que les convierten en desequilibrantes cuando son capaces de explotarlas. Si trasladamos esta lupa al caso específico del Baskonia, resulta evidente que Davis Bertans es el especialista por excelencia del grupo. Su enorme capacidad para destacar en el lanzamiento desde la larga distancia, que ejecuta a una velocidad de vértigo desde un cuerpo bastante más propio de un jugador interior que de uno exterior, le hace prácticamente imparable para todos sus rivales y permite al cuadro vitoriano utilizarlo como bisturí letal para las defensas contrarias.

Más allá de los puntos que aporta al colectivo, su simple amenaza provoca que los rivales estén obligados a abrirse mucho más para tratar de contenerle. Una circunstancia que, evidentemente, redunda en que otras posiciones queden más desprotegidas y el Baskonia pueda lanzar su arsenal ofensivo sobre ellos. Esto supone, por ejemplo, que Bourousis encuentra mucha menos oposición para causar estragos en la zona cuando el adversario de turno debe preocuparse de contener las bombas de Bertans que cuando puede emplearse a fondo para taponar al griego sin nada que temer desde el exterior.

Y, desgraciadamente, esto es lo que está sucediendo en las últimas semanas. El jugador letón se encuentra en un momento de crisis absoluta en su juego y su rendimiento ha ido cayendo en picado irremisiblemente. La pérdida de confianza ha derivado, incluso, en que falle tiros de entrenamiento, absolutamente claros, que en otro momento se habrían convertido en canasta segura. Bertans ha extraviado la llave del aro y, con ello, el Laboral Kutxa se ha convertido en mucho más previsible y el propio protagonista en un jugador más. Porque, sin las características que le hacían destacar como un especialista de cinco estrellas, el báltico se transforma en un espectro sobre el parqué.

Su principal problema es que, al no tratarse de un todoterreno, no puede cubrir sus carencias actuales en la puntería con prestaciones en otros ámbitos del juego. Muy al contrario, sus evidentes carencias en estos aspectos quedan mucho más a la vista y lastran inevitablemente el rendimiento colectivo del equipo. Porque, a estas alturas, no hace falta decir que el letón no es precisamente un buen defensor. De la misma manera que tampoco destaca precisamente en la captura de rebotes pese a su envergadura. Y la lista podría ampliarse con otros elementos en los que se llega a conclusiones similares.

Las siempre frías estadísticas no engañan y reflejan bien a las claras este drástico descenso de su rendimiento. Así, por ejemplo, mientras que durante la temporada regular promedió un 45% en triples (33/73), en los play off ha bajado hasta un 26% (5/19) y en la eliminatoria contra el Barcelona se ha quedado en un dramático 14% (1/7). Con estos datos, lo normal es que su ración de minutos de juego hubiese descendido notablemente pero el hecho de que la aún escasa aportación de Shengelia le obligue a actuar de tres y de cuatro provoca que continúe estando mucho tiempo en la pista pese a su escasa aportación actual.

Por lo tanto, el Baskonia necesita imperiosamente que Bertans encuentre de nuevo la llave para abrir el aro si desea tener opciones de alargar la semifinal ante el Barça. En caso contrario, tendrá muy difícil encontrar vías de acceso a la canasta blaugrana. Aunque será difícil que recupere su mejor nivel, el hecho de ser un especialista puede ayudar al letón, al menos, a protagonizar alguna racha de acierto que permita al equipo romper la contienda. En sus manos, está buena parte del futuro baskonista.

Caída de rendimiento. Mientras que durante la temporada regular Bertans promedió un notable 45% de acierto en triples (33/73), desde que arrancaron los ‘play off’ su coeficiente ha caído hasta el 26% (5/19).

Carencias más visibles. El hecho de no estar acertado en su gran especialidad provoca que sean más evidentes sus deficiencias en otros ámbitos del juego.

1/7

La semifinal ante el Barça está siendo un auténtico calvario para el jugador letón, que ha visto cómo en ambos encuentros su rendimientos continuaba cayendo en picado. El dato que mejor lo refleja probablemente es el pobre 14% de acierto en triples que acumula. Y es que únicamente ha sido capaz de convertir uno de los siete lanzamientos desde más allá de la línea de 6.75 que ha intentado.