Vitoria - Tadas Sedekerskis apunta grandes maneras en esto del baloncesto y tendrá el futuro a sus pies si mantiene su aparente humildad y no se deja arrastrar por la corriente de los múltiples elogios que está recibiendo desde diferentes lugares. El canterano lituano del Baskonia, de apenas 17 años y al que Ibon Navarro hizo debutar la pasada temporada en la ACB debido a la plaga de lesiones que vivió el equipo en el perímetro, se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la generación del 98. En los últimos Campeonatos de España junior ha conducido al Fundación 5 +11 hacia grandes resultados y estos días trata de hacer lo propio con la selección báltica en el Europeo sub’18 que se celebra en la localidad griega de Volos.

Allí, bajo la atenta mirada de scouts de la NBA, ha concedido una entrevista a la web draftexpress.com en la que repasa cómo se gestó su llegada a la capital alavesa y desbroza sus objetivos para el futuro. En este sentido, el Baskonia le ha atado con un contrato de larga duración y, de seguir su crecimiento, podrá disfrutarle por espacio de algunos años antes de que algún tiburón de la Euroliga o la liga estadounidense pase por caja para llevárselo a su trinchera.

“Todos los partidos trato de dar el cien por cien y ser una ayuda para mis compañeros. Todavía soy un proyecto de jugador. Me gusta jugar el pick and roll, pero para ser más completo tendré que mejorar mi defensa y mi tiro exterior. Soy muy irregular, ya que hay tramos de la temporada en los que lo hago perfecto y otros en los que no acierto; depende del día”, confesó Sedekerskis, quien todavía desconoce dónde militará la próxima temporada. En principio, lo ideal sería que se foguee lejos de Vitoria y a poder ser en un club de ACB -hace días se especuló incluso con el interés de Ibon Navarro para que recale en Manresa en calidad de cedido-, pero tampoco es descartable que el Baskonia le haga hueco a corto plazo en su plantilla ante sus estrecheces económicas y la imperiosa necesidad de tirar de juventud en un momento crítico como el actual. La duda en ese caso estribaría en si la mala dinámica de las últimas campañas podría engullirle y hacer que se quede a medio camino.

“El baloncesto es una religión en mi país, pero mis padres y mi agente me aconsejaron que me fuera a otro país para crecer como jugador. Vitoria es una ciudad buena para jóvenes como yo. De momento, no quiero pensar en la NBA”, admite la perla azulgrana, esperanzada en seguir los pasos de otros iconos del Baskonia que recalaron en la competición americana tras triunfar en el Buesa Arena.