vitoria. No contenta con ser la máxima competición continental a nivel de clubes y reunir a los mejores equipos y jugadores que compiten en el Viejo Continente, la Euroliga sigue innovando en pos de la revolución definitiva del deporte de la canasta. En su afán de que el juego sea más dinámico que hasta ahora y el espectáculo en las canchas no se vea resentido, el Comité Ejecutivo de la Euroliga ha introducido de cara a esta edición varias novedades en lo que atañe al reglamento y el funcionamiento de los encuentros.

En primer lugar, se recuperará el salto entre dos en las situaciones de lucha, en lugar de la flecha de posesión. En una vuelta al pasado, se regresa a una acción mucho más vistosa para el espectador que un simple turno de posesión. También se pondrán en marcha varias medidas para agilizar el ritmo de los partidos. Los entrenadores dispondrán de un tiempo muerto de 60 segundos y otro de 30 en la primera parte y dos de 60 segundos y uno de 30 tras el intermedio. El tiempo entre cuartos se reducirá de dos minutos a 90 segundos. Por último, las faltas técnicas se penalizarán con un tiro libre (en lugar de dos) y posesión. En el caso de que un jugador cometa dos técnicas, será automáticamente eliminado del encuentro. Cabe recordar que las variaciones en la ACB no se esperan hasta el 2014 una vez la FIBA actualice las suyas.

La comisión de expertos nombrado por la Euroliga en julio de 2012 también había sugerido otras ideas como la posibilidad de ensanchar el campo varios centímetros, modificar el criterio de los pasos, alejar un poco más línea del triple para conceder más protagonismo al juego interior, hacer más corta la posesión después de un rebote ofensivo -en concreto, de 14 segundos- y, en definitiva, agilizar todos los procesos en los que el juego está parado. Sin embargo, todas ellas no se han llevado a efecto.

"La idea es que el juego debe ser más espectacular, más rápido, más abierto, más justo y más claro para el espectador", justifica Jordi Bertomeu a la hora de explicar estas novedades. Las bajas anotaciones, el predominio del físico sobre el talento y la alarmante pérdida de ritmo constituyen algunas de las causas que han motivado la deserción de muchos aficionados de las canchas. Ante eso, la Euroliga no se ha quedado de brazos cruzados.