vitoria. Fernando San Emeterio va a vivir un verano movido. Otro verano movido, más bien. El alero cántabro, héroe e icono del baskonismo, capitán del equipo azulgrana, podría convertirse en uno de los sacrificados en la operación renove que ha iniciado el club con vistas a remodelar la plantilla para configurar un bloque competitivo que permita pelear de nuevo por los títulos. El santo, de vacaciones y a la espera de que Juan Antonio Orenga confirme su previsible inclusión en la selección española que disputará el Eurobasket de Eslovenia a finales de verano, sabe que su nombre entra en la lista de jugadores que podrían usarse como mercancía para engrosar las arcas del club. Y aunque dispone de dos años de contrato todavía con el Laboral Kutxa, su agente ha recibido ya algunas llamadas.
El Valencia Basket se postula como el principal aspirante entre los candidatos a reclutar a un jugador que, por cartel y ficha, dispone de pocos destinos posibles. Su condición de cupo y su indiscutible calidad, más allá de que el rendimiento haya descendido el pasado curso ante la presencia de un Andrés Nocioni mayúsculo, lo convierten en una golosina apetecible para los equipos grandes de la ACB. No obstante, la lista es tan restringida que tampoco resulta fácil aseverar que el capitán baskonista, uno de los jugadores predilectos de la grada del Buesa Arena, vaya a cambiar de aires.
"Todos podemos salir este verano. Es normal", reconoció San Emeterio a los pocos días de la eliminación en cuartos de final de la ACB ante el Gran Canaria. Ya percibía que incluso él, uno de los de los pesos pesados del vestuario, que su continuidad quedaba en entredicho, y de hecho la directiva ya le ha trasladado a Sergio Scariolo que el santanderino entra en el grupo de jugadores que, de llegar una oferta interesante, podría abandonar la capital alavesa en las próximas semanas.
A expensas de lo que pueda suceder con los dos finalistas de la ACB, ya que tanto Real Madrid como Barcelona van a acometer movimientos de mercado para apuntalar sus lujosos planteles, el Valencia Basket irrumpe en el horizonte de San Emeterio como el principal y primer posible destino de un verano que en todo caso se presenta muy largo para él. La entidad taronja busca aleros en el mercado. Se ha desprendido de Jason Robinson y Thomas Kelati, los dos hombres que han actuado en la posición de tres esta campaña, y ya han preguntado por su situación. No es la única opción que han barajado. De hecho, hace unos días, antes de que se confirmara su renovación con el Bilbao Basket, se llegó a hablar del interés del equipo que entrena Velimir Perasovic por hacerse con los servicios de Alex Mumbrú.
una operación compleja San Emeterio, en todo caso, precedía en la lista de prioridades al catalán, si bien los elevados emolumentos que tiene apalabrados con el Baskonia forzaron al Valencia Basket a explorar la opción de Mumbrú. Tras confirmarse su continuidad en Bilbao, el foco vuelve a centrarse en el capitán del Laboral Kutxa, aunque la operación no se presume sencilla. Tal y como ha sucedido con otros jugadores que contaban con contratos altos, como Pau Ribas y Brad Oleson, la ficha y las desventajas fiscales que rigen en otros territorios del Estado complican cualquier salida. Más aún si, como es el caso, la directiva de Josean Querejeta puede intentar obtener alguna contraprestación económica por el traspaso que el club levantino no está por la labor de asumir. También quedaría por ver si San Emeterio asume, como hicieron los otros jugadores que han salido antes que él, una rebaja salarial, si bien en este punto podría darse una fórmula mixta que le garantizara unos ingresos más reducidos pero con la garantía de más años de contrato. El que tiene firmado San Emeterio, de 29 años, con el club azulgrana quedó ampliado hasta junio de 2015 tras la última renovación.
La situación no es nueva para el alero cántabro. Ya la vivió en 2009, cuando llegó incluso a hacer las maletas para mudarse a Sevilla. Al final, la entrada en escena de un Real Madrid que se hizo con Vidal y Prigioni viró por completo el rumbo de los acontecimientos y San Emeterio, que apenas había contado en su primera campaña a las órdenes de Ivanovic, se redimió para convertirse en el héroe del tercer título liguero. Sin embargo, el panorama invita a pensar en su marcha. La renovación de Nocioni y el acuerdo ya cerrado con el jugador húngaro del Manresa Adam Hanga resultan señales inequívocas de que el club estructura su nuevo proyecto con la previsión de que pueda marcharse. La necesidad de ingresar para poder proceder a la regeneración de la plantilla y su interesante cartel lo sitúan, junto a Nemanja Bjelica, en la cabecera de la lista de los jugadores que la directiva azulgrana vería con buenos ojos desprenderse.