Vitoria. La antaño intocable figura de Dusko Ivanovic, el hombre que ha posibilitado los mayores éxitos en la historia del Baskonia, se mantiene todavía en una posición de debilidad cuando se cumple casi un mes de la eliminación liguera ante el Real Madrid. Le resta un año de contrato pero, al igual que sucede con todos los componentes de una plantilla que ha ofrecido un rendimiento decepcionante durante muchos tramos de la pasada temporada, no tiene garantizada su continuidad y sigue en el centro de toda clase de rumores que le alejan de la capital alavesa. Mas aún desde que ayer a última hora se hiciese pública la rescisión de contrato de Sito Alonso con el Lagun Aro. El interés del Panathinaikos por reclutarle como el recambio de Zeljko Obradovic no ha hecho sino acrecentar las reticencias de Josean Querejeta para mantenerle en el cargo tras dos últimas campañas en las que ambos han mantenido ciertas divergencias -no aireadas en público como es normal- respecto a la gestión de la plantilla efectuada por parte del técnico nacido en Bijelo Polje y la sintonía no ha sido tan perfecta como a lo largo del exitoso primer ciclo de cinco años conviviendo bajo el mismo techo. Sin embargo, el desembarco de Ivanovic en el Panathinaikos se halla en estos momentos salpicado de dificultades, aunque sigue siendo una posibilidad más que factible. El otrora opulento club griego, una víctima más de la caótica situación que se vive en su país y donde los hermanos Giannakopoulos aplicarán un severo tijeretazo al presupuesto del ejercicio venidero -se estima que únicamente será de 10 millones de euros-, ha planteado unas exigencias que convierten en inviable la operación y, por ende, un posible cambio de ciclo en el banquillo del Caja Laboral.

Según ha podido confirmar este periódico, los dueños de la entidad del trébol aspiran a que el balcánico aterrice en Atenas con la carta de libertad bajo el brazo y que rebaje el salario que tiene firmado en la capital alavesa para la próxima campaña que ronda el millón de euros. Además de todo ello, Ivanovic tendría que verse en la tesitura de aceptar el reto de dirigir al Panathinaikos más austero de la última década, alejado de la opulencia que le ha permitido conquistar, entre otros títulos, la friolera de seis Euroligas y, posiblemente, huérfano de las rutilantes estrellas que han estado a las órdenes de Obradovic a lo largo de su dorada época como inquilino del banquillo.

Los dirigentes atenienses, para cubrirse las espaldas, han preferido sondear una figura de perfil más bajo. De ahí que una alternativa sea en estos instantes Dimitris Itoudis, quien ha sido hasta ahora la mano derecha de Obradovic. El Panathinaikos le ha pedido que reconsidere su postura inicial de abandonar el barco, algo que hizo público a las pocas horas de que el entrenador más laureado del Viejo Continente desestimase la oferta de renovación planteada por el ogro heleno.

Mientras Ivanovic se mantiene en el centro de toda clase de rumores -el último hace referencia a que el Baskonia también le ha planteado una drástica reducción salarial-, la posibilidad de que Sito Alonso sea el próximo técnico azulgrana parece cada vez más cerca.

Tras su magnífico papel al frente del Lagun Aro, al que condujo por primera vez en su historia a la fase final de la Copa del Rey y los play off por el título, el aragonés ha vista disparada su cotización. Muy del gusto de las altas esferas en el Buesa Arena, Alonso podría convertirse en las próximas horas en el sustituto de Ivanovic al frente de la nave azulgrana.