Vitoria. La presente se está convirtiendo en una temporada ciertamente tormentosa y complicada para el Caja Laboral. Nada nuevo bajo el sol para un equipo habituado a lidiar contra los imprevistos y las bajas más inoportunas pero que este año está sufriendo más a causa del defectuoso diseño inicial de la plantilla. Pau Ribas se ha convertido en el protagonista del último capítulo del infortunio azulgrana. El escolta catalán sufre un esguince en la muñeca derecha y deberá permanecer tres semanas de baja en las que el plantel que dirige Dusko Ivanovic quedará bastante descompensado.

El preparador balcánico se encuentra muy corto de efectivos para afrontar una fase de la temporada en la que el Caja Laboral pelea por cumplir con la tradición y acceder como cabeza de serie a la Copa del Rey, que este año se celebrará del 16 al 19 de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona. En principio, según confirmaron a este periódico fuentes del club, el concurso de Ribas para la cita que se celebrará en la ciudad condal no corre peligro, pero cualquier otro incidente inesperado podría llegar a resultar dramático para una plantilla que, tras la marcha de Reggie Williams, ha quedado muy limitada en cuanto a jugadores de perímetro se refiere.

Brad Oleson, Fernando San Emeterio y, casi de rebote, Nemanja Bjelica van a ver aumentada de manera exponencial su ración de minutos ante la ausencia de Ribas. A tenor de lo visto en los últimos partidos, es probable que Ivanovic recurra también al francés Thomas Heurtel para reforzar la posición de dos, aunque en este caso se trata de estirar la manta para taparse la cara y dejar los pies al descubierto, puesto que la consecuencia de este experimento, cada vez más habitual, se traduce en que un veterano como Pablo Prigioni tenga que permanecer sobre el parqué más de media hora por cita.

Esta lesión, detectada en una zona en la que Ribas ya había presentado problemas el pasado mes, ha llegado en el peor momento para el catalán, que en los últimos partidos había mostrado su mejor versión. Los servicios médicos del club anunciaron que seguirán un tratamiento conservador, que básicamente se traduce en conceder reposo al jugador, por lo que resultaría extraño que los plazos de recuperación se abreviasen. Aunque en este club, como ha quedado claro esta misma temporada, todo puede pasar.

La baja de Ribas no altera en principio la actividad de la dirección deportiva, que lleva tiempo escrutando el mercado en busca de uno o dos jugadores para apuntalar la plantilla de cara a la fase decisiva del curso. Con o sin Ribas, la contratación de un exterior con hábitos anotadores, que cubriría la marcha de Williams, figuraba entre las prioridades de los encargados de fichar, que también buscan un interior que podría paliar la salida de Dorsey y Golubovic cuando se incorpore al equipo Maciej Lampe.