Vitoria. Al margen del resultado definitivo de la contienda, el choque de ayer entre el Blancos de Rueda Valladolid y el Caja Laboral deparó otra excelente noticia. Y es que, por fin, Dusko Ivanovic pudo disponer de toda su plantilla al completo para afrontar un encuentro oficial. Algo que no había ocurrido hasta el momento más que en la pasada Supercopa. Desde entonces, el preparador montenegrino siempre había contado, por uno u otro motovo, con alguna baja que reducía sensiblemente su capacidad de maniobra desde el banquillo.
Sin embargo, en la jornada de ayer, el técnico baskonista se encontró más acompañado que nunca al disponer de los doce integrantes de la plantilla junto a él en la banda en perfectas condiciones para ser alineados cuando él lo estimase oportuno. Algo que, evidentemente, aporta más posibilidades pero que, también, complica sobremanera la siempre difícil tarea de reapartir los minutos de juego entre todos los candidatos.
En Valladolid, Ivanovic optó por conceder oportunidades -más o menos prolongadas en función de cada caso- prácticamente a todos. Únicamente el joven Calbarro, cuya misión en la presente temporada se reduce prácticamente a ayudar en los entrenamientos, se quedó sin saltar al parqué del Pisuerga. Y es que tanto Dorsey como Williams, ambos recién salidos de sendos problemas físicos, tuvieron ocasión de participar del triunfo. Eso sí, fueron los menos utilizados por Ivanovic con 3.19 y 4.33 minutos de juego respectivamente. El polo opuesto fue Fernando San Emeterio, que actuó 26.43 minutos.
Oleson Por otro lado, el americano tuvo que abandonar la pista en el minuto 26 -para no regresar a ella- como consecuencia de un fuerte rodillazo que le propinó Bagaric en el muslo. En principio, este siempre doloroso bocadillo no debería tener mayores consecuencias.