Dusko Ivanovic era ayer un hombre satisfecho. El técnico montenegrino dejó al lado por un momento su faceta más crítica y, aunque sin deshacerse en elogios, sí quiso alabar la "buena actitud y mentalidad" con la que sus pupilos despacharon al Bilbao Basket para plantarse en la final. "Aparte de jugar bien y tener fluidez, lo más importante es la mentalidad y actitud que tiene este equipo. Podemos perder o jugar mal, pero lo importante es esta actitud", valoró el preparador antes de recuperar su versión menos complaciente: "Tenemos muchas cosas que mejorar, pero si ganas partidos como éste te refuerzas. Nos falta mucho trabajo para ser el equipo que queremos".

Aunque apenas ha dispuesto de un par de entrenamientos en los que ha tenido oportunidad de trabajar con todos sus hombres disponibles, Ivanovic parece vislumbrar los mimbres necesarios para forjar un plantel que se ajuste como un guante a su estilo de juego. Un objetivo para el que, sin duda, Pablo Prigioni será su mano derecha. "Somos un equipo con muchas caras nuevas, pero la filosofía del equipo sigue siendo la misma: intensidad máxima. Hemos jugado muy bien en defensa. Era la consigna de Dusko Ivanovic y creo que la hemos cumplido, aunque el Bilbao Basket tiene mucha calidad y nos ha puesto muy difícil la victoria hasta el final", subrayó el timonel argentino, que con solo un mes en el equipo ya empieza a recibir las alabanzas de sus compañeros. "Los nuevos parecía que no eran nuevos. Tener a Pablo Prigioni al final de partido es un lujo y ha sabido controlar esos minutos. Creo que hemos sido mejores en el global", resumió el catalán, que evidenció estar un punto por encima de muchos de sus compañeros en el apartado físico.

"Ha habido momentos en que físicamente estábamos muy frescos y potentes. Además, el año pasado teníamos calidad interior pero no teníamos esta potencia y esto nos permite arriesgar más, subir líneas y jugar más rápido y más duro", explicó uno de los principales culpables de guiar a su equipo a la final de esta tarde. Un logro en el que, sin duda, estuvo bien acompañado por la gran estrella de la noche, Brad Oleson. "Ha sido, sin duda, mi mejor partido con el Caja Laboral. Me he sentido muy bien y he tenido una gran racha desde el lanzamiento de tres puntos. Tenía confianza en mi tiro. Espero que la racha siga en la final", incidió el estadounidense. A la espera de que Ivanovic confíe en un ya recuperado Williams, el Baskonia va a necesitar de nuevo hoy al zurdo nacido en Alaska.