Vitoria. El destino del Caja Laboral en esta temporada virará notablemente su rumbo en función de lo que ocurra en una semana. Si el conjunto vitoriano es capaz de sellar su billete para los cuartos de final de la Euroliga ganará en serenidad e ilusión. De lo contrario, las nubes que desde hace meses se ciernen sobre la escuadra dirigida por Dusko Ivanovic pasarán a convertirse en una tormenta. Porque, por muchas idas y venidas que se hayan producido en el Buesa Arena, estar entre los ocho mejores equipos del continente debe ser un objetivo factible y asumible para el club azulgrana. Por mucho que el sábado el Baskonia viaje al Palau para medir fuerzas de nuevo ante el Barcelona, son dos partidos -el jueves frente al Unicaja de Málaga y la próxima semana contra el Lietuvos- los que focalizan la atención de los jugadores baskonistas.

Así lo refrendan dos de los grandes pesos pesados del vestuario vitoriano. "Primero debemos pensar en el Unicaja y luego ya nos centraremos en lo que venga por delante, pero la realidad es que la última jornada es la más crucial para nosotros, porque incluso nos puede llevar a acabar en el primer puesto", recordó ayer Marcelinho Huertas tras la sesión de trabajo matutina. El base paulista, autor de una increíble canasta sobre la bocina en el último duelo contra los andaluces, admitió que entre ambos equipos no existen ya demasiados secretos después de haberse enfrentado tres veces en la presente campaña, dos con victoria azulgrana y una -en la segunda jornada de la ACB- a favor de los malagueños.

vivir y morir del triple Pero el cuarto enfrentamiento entre Caja Laboral y Unicaja será sin duda el más determinante de los vividos hasta ahora. Para los alaveses, porque una derrota puede meterlos en problemas -especialmente si se produce por más de cinco puntos- y para los hombres de Chus Mateo, por ser su última posibilidad para soñar con pasar más allá de este Top 16. Un punto de inflexión que también debería servir al Baskonia como momento de reflexión. "Durante la primera fase de la Euroliga decíamos que, si conseguíamos salvar la complicada situación en la que estábamos, lo ocurrido nos serviría para las futuras rondas. Esperemos que así sea", auguró un Fernando San Emeterio que zanjó de raíz cualquier discusión sobre lo que algunos consideran un cierto bajón físico en su juego desde hace algunas semanas. "Ni estoy cansado ni pasando por un mal momento. He jugado mal contra el Barça en la Copa y contra el Granada, nada más. Uno siempre quiere jugar bien, pero no siempre se puede", subrayó el alero cántabro.

Mientras San Emeterio optaba por cercenar todo atisbo de duda sobre su juego, Huertas hacía lo propio extrapolando la individualidad al colectivo azulgrana y negar que este Caja Laboral se haya visto obligado a recurrir al triple como única arma ofensiva, en detrimento de un baloncesto más trabajado y efectivo. "Nuestra característica como equipo es tener bastantes jugadores que tiran de tres, incluso los hombres interiores abren el campo como Stanko. Pero no hay nada malo en eso, a no ser que forcemos situaciones para tirar el triple. Si la selección de tiro es buena, da lo mismo", asumió el director de juego baskonista. Independientemente de la forma, el Baskonia necesita enlazar dos triunfos para adentrarse en los cuartos con Maccabi o Barça como presumibles rivales. "El año pasado nos clasificamos de aquella manera -en referencia al partido contra la Cibona en el que forzaron la prórroga- así que puede pasar de todo, incluso que se produzca un triple empate. Tenemos que ganar los dos partidos que nos quedan para así evitar sorpresas ", apuntó San Emeterio. Pero, a estas alturas, la afición baskonista no está ya para muchas sorpresas.