La pasada campaña dejó el listón muy alto a nivel personal. ¿Cómo se está viendo esta temporada?

Bien. Estoy contento con mi rendimiento y haciendo jugar al equipo. Es mi función dentro del equipo. A veces, también puedo aportar puntos e intensidad en defensa, que es lo que quiere Dusko. Él está más pendiente de que lo hagamos bien en defensa que en ataque. Lo importante es que mostremos una buena actitud y actividad. Siempre quiero hacer más y nunca me gusta darme por satisfecho con lo que estoy haciendo. Deseo progresar no sólo a nivel individual sino también hacer jugar mejor al equipo para que vuelva a conseguir con regularidad resultados positivos, que en definitiva es lo que más queremos.

Usted es de los que ha sufrido un verano más ajetreado con el Mundial de Turquía. ¿Cree que le puede sobrevenir algún bajón?

Estoy bastante bien físicamente y me encuentro genial. En un club como el Caja Laboral que disputa dos competiciones tan fuertes como la ACB y la Euroliga, es normal que todos los jugadores tengan altibajos, no sólo los que no han descansado en verano. Hay épocas del año en las que uno está mejor que en otras. Pese a que es lo que queremos todos, es muy difícil mantener un nivel altísimo y ser regulares durante tantos meses. Son torneos muy exigentes en los que te encuentras a rivales bastante bien preparados y en los que las cosas no siempre te salen de maravilla. En realidad, muy pocos consiguen hacerlo.

Por su amistad y porque se entendían con una simple mirada, parece ser quien más está sufriendo la baja de Tiago. ¿Cómo transcurre su segundo año en Vitoria?

Está claro que con él tenía una relación magnífica tanto dentro como fuera del campo. Muchas veces, podíamos hablar en portugués en la pista para preparar jugadas, hacer un pick and roll o una puerta atrás sin que el rival se enterara. Aparte de que me entendía muy bien con él tras llevar siete años juntos en la selección, conocía la manera como le gusta jugar y eso facilitaba mucho mi trabajo. Este año, las cosas han cambiado, tengo que cambiar el chip porque él ya no está y adaptarme a una nueva manera de jugar. Debo hacerlo sí o sí.

Ivanovic le otorga en ocasiones el rol de la titularidad y, en otras, el papel de revulsivo. ¿Cómo se siente más a gusto?

Dusko tiene claras las cosas y, en función de los partidos, hace lo que cree oportuno. Todo depende de la formación inicial del rival o de otras razones que desconozco, pero a mí no me importa. Cada jugador conoce su rol. En mi caso, sé que al final voy a disputar muchos minutos, casi siempre la misma cantidad, con independencia de si salgo titular o desde el banquillo. Eso no importa. Dusko posee su método y hay que respetarlo. Mis ganas van a ser siempre las mismas y voy a intentar ayudar como sea al equipo para que gane el partido.

Logan y Ribas no son bases puros como usted y están lejos de ofrecer grandes prestaciones en su puesto. ¿Se ve solo ante el peligro?

No, para nada. Somos jugadores con características distintas. Igual a mí me toca más el papel de dirigir al equipo. David posee una facilidad muy grande para el uno contra uno, es muy agresivo en ataque y ha liderado la Euroliga en anotación. Cada uno tiene sus virtudes, sus pros y sus contras. Es bueno que haya gente distinta y que en la misma posición coincidan jugadores diferentes. No hay ningún problema.