VIVIMOS en la cultura de dar las cosas por hechas cuando todavía no han sucedido. Somos muy dados a asegurar una victoria fácil contra los equipos lituanos, rusos o serbios en nuestra cancha porque la estadística dice que los equipos del Este bajan mucho su rendimiento fuera de su territorio. También somos dados a pronosticar victorias fáciles contra equipos que no tienen tanto nombre, independientemente del baloncesto que estén practicando y de los logros que hayan conseguido. El dar por hechas las cosas no es de personas inteligentes ya que en el deporte están escritas muchas páginas con sucesos que nadie presuponía que pudieran suceder. El partido de Kaunas, con todo en juego, con cambio de entrenador en el Zalguiris, con un público entregado a los suyos y en una situación delicada para los baskonistas es de esos momentos que todo jugador quiere experimentar y por lo que ha luchado toda su vida. Canchas frías con poca asistencia de público y con dos equipos sin nada que jugarse no tiene el mismo estímulo. Siendo realistas puede ser que el Zalgiris hiciera en Vitoria uno de sus mejores partidos de la Euroliga, y ello produjo que a partir de ahí tuvieran más confianza en sus posibilidades. El Caja Laboral se presentó en tierras lituanas con la necesidad de sacar un buen resultado. Y bien que lo consiguió, ya que incluso se llevó el average. Ahora, si vence en Vitoria la próxima semana y pierde el Zalgiris contra el Khimki de Scariolo, incluso puede meterse segundo de grupo por detrás del Maccabi. El Baskonia salió muy enchufado al partido y con las ideas muy claras de lo que tenía que hacer, como parar al gigante Begic tanto en el cierre del rebote defensivo como en el apartado anotador. Barac se fajó en defensa a pesar de sus molestias, y además le causó muchos problemas en ataque en situaciones de continuación de los pick and rolls. Otro aspecto era la necesidad de disponer del mejor Marcelinho , el epicentro del juego rápido y dinámico del equipo baskonista. Sus 13 asistencias hablan por sí solas. Lo agradecido que tiene que estar Stanko con él ya que siempre le pone el balón donde él quiere. Otro punto era saber si ibamos a encontrarnos con un Baskonia de buenos porcentajes de tiro o no. Y ya en el primer cuarto se vió que los jugadores de Dusko veían el aro como una piscina. También era importante la toma de responsabilidades de Teletovic y Haislip en la defensa de Watson y de Jankunas ,que tanto daño hicieron en Vitoria en el rebote ofensivo y en el tiro. Aquí hubo un poco de todo, fases donde estuvieron bien controlados y otros en que sobre todo Jankunas estuvo demasiado libre. En definitiva, victoria por encima de todo que debe ser el trampolín para afrontar el partido de mañana contra el Real Madrid.