Planinic está entre algodones. ¿Contará con él en el Buesa Arena? Estamos a la espera de lo que digan los médicos, pero yo espero que sí y que pueda jugar algún minuto. Evidentemente, lo hará mermado y no al 100%, pero tengo esperanzas de que mañana por hoy se entrene.
Quien sí parece definitivamente restablecido es Kelati tras su lesión de rodilla. ¿Un alivio? Todavía no está al cien por cien, ya que sufrió un problema añadido con una lesión muscular. Prácticamente lleva renqueante más de un mes y medio, pero al menos está y nos da mejores minutos de experiencia y conocimiento del juego que algún compañero más joven.
Mañana se disputa un partido a vida o muerte para los dos equipos. ¿Podía imaginar estas apreturas cuando se sorteó el grupo? Es un poco curioso. Las ligas española y rusa son hoy en día las más poderosas de Europa. El nivel de la Superliga ha subido muchísimo y el de la ACB es alto desde siempre. Hay rivales de nuestro grupo que incluso participan con el segundo equipo en su torneo doméstico como el Prokom. Es una sorpresa relativa. Nos hubiese gustado estar más arriba a estas alturas, pero cada uno ha vivido sus circunstancias. Ambos hemos sufrido problemas físicos y, en nuestro caso, hemos regalado todos los partidos en los últimos minutos. En eso debemos entonar el mea culpa y aceptar que no vale con actuar bien 35 ó 37 minutos. Para ganar en la Euroliga fuera de casa, hay que estar bien los cuarenta.
La dificultad de ganar a domicilio era evidente, pero Khimki y Caja Laboral arrastran la penitencia de sus derrotas caseras. ¿Es demérito de ambos esta situación límite? Estamos en un grupo con las que, tradicionalmente, son las cuatro canchas más duras de Europa: Belgrado, Vitoria, Kaunas y Tel Aviv. Luego, dos en las que es muy fácil jugar como son Khimki y Gdynia. A nivel de presión ambiental y participación de público, es el más difícil. Otro dato reseñable es que es el único lote donde hay cinco licencias A, algo que quiere decir bastante no sólo a nivel de fuerza deportiva sino también política. Nosotros nos hemos dado cuenta de ello ante el Maccabi. Es un grupo que se decidirá en el último partido. Posiblemente, lo teníamos todos bastante claro al inicio y será así.
Zalgiris y Partizan poseen un pequeño colchón de ventaja. ¿Confía en que se involucren en la pelea? El Prokom será el juez y puede arbitrar a favor de sí mismo, ya que juega contra ambos. Después de esta jornada, las cosas estarán un poco más claras. Caja Laboral y Khimki deben pensar únicamente en su partido y en ganar. Luego, también habrá que estar pendientes de otras pistas.
En el caso del Baskonia, quedar fuera del 'Top 16' sería un fracaso. En su caso, ¿cómo la calificaría? Sería simplemente un objetivo no cumplido. Estamos participando por segunda vez en la Euroliga, la pasada temporada estuvimos a punto de alcanzar el play off y superamos con creces las expectativas del club. Este año, la idea era alcanzar el Top 16 y después competir. Si no lo conseguimos, habrá que llamarlo por su nombre: una decepción, nunca un fracaso. No tenemos una tradición continental como otros o una continuidad en el torneo. El equipo está capacitado para acceder a la siguiente fase, pero si no lo logramos se habrá ido al traste uno de los objetivos. Vamos primeros en nuestra liga y muy bien en la VTB League.
Ustedes conservan el as en la manga de poder perder por menos de cuatro puntos. ¿Juegan con ello? No, para nada. Si se da el caso, en el último minuto puede que sí. Pero, ahora mismo, traemos de Moscú una ventaja mínima como para hacer cualquier tipo de planteamiento.
El Caja Laboral atraviesa el momento más crítico: cinco derrotas seguidas en Europa y humillación reciente en Sevilla. ¿Un momento propicio para pisar el Buesa Arena? No. A priori, es un momento malo conociendo la casa. No creo sinceramente que sea el momento más deseable, pero como no puedo elegir el calendario...
¿Le sorprende la caída en picado de su antiguo equipo? Creo que ha habido muchos episodios y circunstancias especiales para que estén así. Ha perdido ventajas adquiridas en los últimos cuartos de algunos partidos. No es una cuestión de calidad general del juego, sino de remate y resultado.
El juego interior está permanentemente bajo sospecha, aunque da la sensación de que el punto fuerte de su equipo es la cuerda exterior. ¿Dónde estarán las claves? Normalmente, el equipo que defienda mejor, el que consiga circular mejor el balón y que haga funcionar mejor el pase tendrá más posibilidades de ganar.
Estamos ante una Euroliga de locos con 'cenicientas' en lo más alto y transatlánticos hundidos. ¿Por qué? Cada caso es diferente. En el CSKA se han sumado problemas internos con lesiones y eso es una mezcla explosiva porque las expectativas no bajan pese a haber participado ocho veces seguidas en la Final Four. Sigue manteniendo la aspiración mínima de alcanzar el Top 16, sino más allá. Hay otros equipos como el Olimpia que no se sabía incluso si podían acudir a la línea de salida y, sin embargo, han encontrado una buena química. Es cierto que, si un club tiene la posibilidad de confeccionar la plantilla al final de agosto o en septiembre, va a encontrar un nivel más alto en cuanto a calidad de jugadores que los que pretenden hacerlo en junio o julio. A esas alturas, los precios han bajado mucho. Su mérito es haber encontrado una química muy rápido, aunque la otra cara de la moneda es que conjuntas el bloque en menos tiempo. El Zalgiris, por ejemplo, está muy bien armado con 14 jugadores, pero el Olimpia carecía, en teoría, de medios.
Igual que otros clubes, el Khimki no ha podido retener a jugadores importantes durante el verano. ¿Ha tocado abrocharse el cinturón o en Rusia es oro todo lo que reluce? Tuvimos que dejar salir a dos de los jugadores del quinteto inicial como McCarty y Mozgov. Por el primero, no pudimos igualar el contrato que le ofreció el Unics Kazan. El segundo recibió una oferta impresionante de la NBA. Hace dos años se dio un paso demasiado largo y ahora estamos terminando de pagar las deudas acumuladas. Al final de esta temporada, la situación debería tranquilizarse del todo. Aún estamos en una fase de recuperación. El equipo es competitivo con 7 ú 8 jugadores nuevos. Por los compromisos internacionales del verano en los que nos hemos visto inmersos la mayoría, nos ha faltado el típico periodo de entrenamiento en el que se establecen las bases del juego de un equipo. Es una cuestión más técnica que económica, para ser sinceros. Nos faltan esas seis semanas que muchos conjuntos utilizan para entrenar y hacer amistosos. Ese tiempo, en lugar de construir nuestro juego, estuvo invertido en jugar, viajar y preparar partidos. No echo en falta más presupuesto, que eso no se discute, sino más tiempo de entrenamiento.