Vitoria. Tramo final del encuentro del pasado domingo ante el Menorca Basquet. Stanko Barac entra en cancha desde el banquillo. Antes de cruzar la línea, dos bofetadas en el rostro y un golpe en el pecho con su diestra. Ya está listo para dominar la pintura. Los 35 puntos de valoración con los que el pívot croata despachó la novena jornada de la ACB han permitido al jugador azulgrana acaparar definitivamente la atención del panorama baloncestístico nacional. Las dudas en torno a su rendimiento han empezado a desmoronarse mucho antes de lo que muchos preveían. Josean Querejeta lo advirtió durante el verano pero pocos le creyeron: el sustituto de Tiago Splitter estaba en casa.
Tímido hasta la extenuación fuera del parqué. Parco en palabras ante cualquier pregunta, Barac se ha autoinyectado toneladas de confianza en sus venas a base de minutos y una esperada renovación de contrato de por medio. Sus números en la que está llamada a ser la temporada de su consagración hablan por sí solos. En realidad, gritan más alto de lo que en su día hicieron sus ya legendarios predecesores. Ansioso por demostrar su valía, en este primer tramo de la presente campaña el interior nacido en Mostar va camino de superar los logros de Tiago Splitter y Luis Scola en sus respectivas temporadas de eclosión. Cuando Fabricio Oberto y Dejan Tomasevic partieron hacia Valencia, el jugador argentino supo coger su testigo en su primer año en solitario. Cuando éste cruzó el charco rumbo a la NBA, Splitter hizo lo propio. Ahora, Stanko Barac está dispuesto a seguir su estela.
En lo que va de temporada, el pívot de 2,17 metros ha disputado hasta ahora quince partidos, nueve en ACB y seis en Euroliga. En la competición doméstica, además de haber ascendido ya a la tercera posición del MVP -por detrás de Esteban Batista y su compañero San Emeterio- Barac suma un total de 19,3 puntos de valoración, con un promedio de 14 puntos y 9 rebotes en 28 minutos de media por encuentro. En la Liga europea, su media es de 13,3 puntos y 8 rebotes en 24 minutos, hasta un total de 17 puntos de valoración.
Independientemente de sus números, el poste azulgrana transmite sensaciones infinitamente superiores a las que demostró en sus primeros partidos de esta campaña, en los que, aunque sus promedios también eran altos, su excesiva tendencia a cometer faltas sin sentido -poco ayudado en este sentido por los colegiados- y cierta tendencia a la desesperación cuando erraba en sus acciones lastraban enormemente su juego, llegando a provocar en más de una ocasión murmullos de desaprobación en la grada del Buesa Arena. En el que debe ser el año de su consagración, la marcha de Tiago Splitter ha empujado al estrellato al MVP de la novena jornada al igual que ocurrió hace tres años con el brasileño. Tras una campaña estratosférica, Luis Scola decía adiós a al capital alavesa rumbo a los Houston Rockets. Había llegado la hora de Tiago Splitter.
En su primer año como referencia interior (2007-08), a estas alturas de temporada el hoy pívot de los San Antonio Spurs sumaba 12 puntos, 6 rebotes y 15 de valoración en ACB, y 12,5 puntos, 6,6 rebotes y 16 puntos de valoración en Euroliga. Por su parte, cuando Luis Scola se vio obligado a tomar la responsabilidad de suplir en solitario a Oberto y Tomasevic en la campaña 2002-03, la estrella de la albiceleste ya brillaba a un nivel superior por estas fechas con 18 puntos, 6 rebotes y 19 de valoración en Liga y 15,1 puntos, 5 rebotes y 14,1 de valoración en Euroliga.