vitoria. Antes de arrancar la temporada parecía que el Power Eletronics Valencia estaba llamado a subir al fin este año ese ansiado peldaño que tanto le ha costado ascender las últimas campañas. Para muchos, Manolo Hussein tomaba las riendas de la que podía considerarse como la cuarta mejor plantilla de la ACB, por delante de Unicaja, Cajasol o DKV Joventut. Aunque aún es pronto para atisbar siquiera su rumbo durante los próximos meses, la realidad ha propinado un buen gancho a la escuadra levantina. La decimosegunda posición que ocupa actualmente ya ha empezado a enervar los ánimos de los seguidores valencianos, por mucho que el pasado miércoles rompieran su desastrosa racha de seis derrotas consecutivas con un contundente triunfo ante el mermado CSKA de Moscú dirigido por Dusko Vujosevic.
Desde que arrancaron la ACB imponiéndose al Granada (104-81), todo han sido reproches para Hussein, que día tras día ejerce de Atlas cargando sobre sus hombros los nombres de los candidatos que suenan para ocupar su puesto -Manel Comas o Svetislav Pesic, entre otros- si el equipo no remonta. Y es que hacía cinco años que en Valencia no sufrían una racha de varapalos semejante. Pero incluso después de ganar al cuadro del ejército ruso por 25 puntos de diferencia (82-57), el preparador canario lanzó un aviso a navegantes: "El equipo sigue estando en un momento difícil".
La marcha de pilares como Nielsen o Perovic -junto con el propio Spahija- auguraban vientos de cambio para el Power Electronics. Todos contaban con decir adiós a Rafa Martínez, pero el escolta catalán acabó renovando mientras Nando de Colo optaba por continuar en la Fonteta pese a los cantos de sirena del Panathinaikos. El desahucio fue menor de lo previsto, y la secretaría técnica taronja supo pescar en ríos revueltos para atraer a un puñado de jugadores que estaban en la agenda de muchos clubes. Omar Cook, Dusko Savanovic, Robertas Javtokas... El roster levantino no desmerece a muchos de sus rivales de grupo en Euroliga, pero hasta ahora Hussein no ha sido capaz de acallar las voces que consideraban que un equipo de la primera línea continental le quedaba demasiado grande.
prender la mecha Ni siquiera haberse plantado en la final de la Supercopa tras vencer al Caja Laboral en el feudo azulgrana sirvió para que el crédito de Hussein ganara enteros a principios de temporada. Después, el desastre. Cuatro derrotas consecutivas en ACB -Bilbao Basket, Barcelona, Real Madrid y Joventut- y dos en Euroliga -Panathinaikos y Efes Pilsen- prendieron fuego a una corta y fina mecha que este mediodía puede arder con más fuerza si el Power Electronics no es capaz de superar a los hombres de Dusko Ivanovic. Porque la Copa del Rey se acerca, y quedar fuera supondría un cataclismo para una escuadra como la valenciana. "Sumar o no sumar ante el Caja Laboral nos va a obligar en las siguientes jornadas a tener poco margen de error. Espero que el equipo esté mentalizado, pero en nuestra situación de lo que más debemos estar preocupados es de nosotros mismos", apuntó el entrenador. Si hoy no gana al Baskonia, su margen se reducirá aún más.