tiene una fama de conflictivo que parecía haberle tachado de todas las secretarías técnicas de la ACB con vistas a un posible fichaje. Tras su convulsa etapa en el antiguo Pamesa, donde Neven Spahija no dudó en prescindir de sus servicios al poco de tomar las riendas técnicas alegando básicamente su falta de compromiso, Rubén Douglas se encontraba en la cola del paro. Un anonimato extraño para un anotador compulsivo que, entre otras cosas, se proclamó en su día campeón de la Lega italiana con el Climamio Bolonia o conquistó la ULEB Cup ataviado con la camiseta del Dynamo ruso.

Nacido hace 30 años en Pasadena (Estados Unidos) pero internacional por Panamá gracias a su doble nacionalidad, la carrera de este escolta inconfundible por su peinado, más propio de un cantante de reggae que de un baloncestista de alto nivel, continúa experimentando un retroceso imparable. Mediada esta temporada, ante la más que urgente necesidad de contar con un especialista en el tiro tras la fracasada apuesta por Agger, el Cajasol decidió concederle la última oportunidad para reengarcharse a un equipo de élite.

Dado que sobre él subyacen dudas acerca de su profesionalidad, el club sevillano apostó por cubrirse las espaldas fijando cláusulas en su contrato que establecen la posibilidad de cortarle en el caso de que vuelva a las andadas y su rendimiento no sea satisfactorio. Aunque produzca extrañeza, Douglas es uno de los jugadores peor remunerados en el club sevillano, donde percibe un salario insignificante en comparación con sus altísimos emolumentos del pasado.

Ya se sabe que el que siembra vientos, recoge tempestades. Las dudas sobre el antiguo jugador del ahora Power Electronics iban algo más allá de su rendimiento. De momento, un tirador de rachas e imprevisible -tuvo el honor de convertirse durante muchos meses en el peor triplista de la ACB tras una galopante crisis- como en su caso parece haberse amoldado bien a la férrea disciplina defensiva impuesta por Plaza en Sevilla. El técnico catalán ha dado el visto bueno a su continuidad en el club tras pasar un periodo de prueba, aunque las reservas están justificadas.

"Sé de dónde vengo y trataré de estar a la altura de lo que hasta ahora he hecho en mi carrera". Esta afirmación en su presentación como jugador andaluz parece indicar un cambio de actitud que sólo el tiempo deteminará si es algo puntual o no.