santiago de compostela. Tras el agónico triunfo en Zagreb que ha supuesto una imprescindible inyección anímica y un refuerzo de la autoestima, el Caja Laboral afronta esta mañana otra incómoda salida. Igual de mermado que en el último choque, incluso con un efectivo menos por la ausencia de Taquan Dean -probablemente nadie eche de menos al estadounidense-, hoy toca medir las fuerzas con el Obradoiro, rebautizado este curso como Xacobeo Blu:sens por mor del patrocinio.
Cuatro años después, el cuadro vitoriano regresa a tierras gallegas para disputar un choque correspondiente al torneo doméstico. La última vez tuvo lugar un lejanísimo 25 de marzo de 2006 en Lugo ante el Breogán de Pete Mickeal y, desde entonces, ningún representante de esa emblemática tierra había militado en la élite del baloncesto español. Tras arduas disputas judiciales, el simpático club compostelano lo ha conseguido casi dos décadas después y, por lo visto, desea aferrarse más que nunca a ella en su nueva incursión. Hasta la fecha, no ha desentonado para nada, si bien el inminente adversario azulgrana ha encadenado cuatro derrotas consecutivas que han lastrado su crecimiento colectivo.
De nuevo privado de centímetros y músculo en la zona, sin posibilidad de recuperar a sus dos vigas como Splitter o Barac -el croata no pasó la última prueba a la que fue sometido ayer y no podrá reaparecer hasta el jueves contra el Khimki-, el Baskonia se ve obligado a realizar otro esfuerzo titánico para salir indemne de una cancha caliente y ante un anfitrión con la merecida vitola de matagigantes. Para darse cuenta de la dificultad de la matinal, basta argumentar que en la coqueta pista santiaguesa, donde cada partido resulta una fiesta y hoy se prevé un ambiente inmejorable, han perdido hasta ahora el Real Madrid, el Unicaja o el Joventut. En algún caso, incluso de manera abrumadora.
Así que las precauciones deberán ser máximas para encadenar la undécima victoria consecutiva, un reto ineludible para seguir poniendo el aliento en la nuca al todopoderoso Barcelona, que últimamente ya ha emitido alguna señal de vulnerabilidad -las derrotas por la mínima en Valencia y Belgrado así lo atestiguan- y continúa liderando la tabla con un escuálido margen de una victoria de margen sobre los alaveses. El cuadro de Ivanovic no renuncia al premio gordo, más teniendo en cuenta el rosario de encuentros que restan hasta el epílogo de la fase regular. Por detrás, el Real Madrid también aprieta lo suyo y convierte casi en una obligación la necesidad de sumar en cada pulso.
desafío para los pívots Eliyahu y Teletovic, con la puntual colaboración de un renacido Herrmann, deberán pasar una prueba de fuego ante uno de los interiores más corpulentos y fornidos que pululan en la ACB. El veterano Marc Jackson, que el viernes anunció que se retirará la próxima semana, conserva todavía un poderío físico espectacular. A diferencia de lo ocurrido con los interiores del Cibona, el ex del Olympiacos puede ser una latente amenaza tanto para el israelí como para el bosnio, algo más endebles físicamente y vulnerables en la parcela defensiva. El primero, al menos, ya conoce la línea a seguir tras su espectacular actuación en el Drazen Petrovic, que le ha devuelto en apenas cuarenta minutos toda la credibilidad perdida.
Por lo demás, el técnico Curro Segura maneja un grupo limitado que todavía deberá remar hasta la extenuación en busca de la salvación y en el que sobresale Kostas Vasileiadis. Con la confianza y minutos de juego de los que adoleció en el Unicaja, el griego se ha erigido en uno de los anotadores más compulsivos de la competición. Junto al prometedor exterior Djedovic, una promesa balcánica que el Barcelona desea que se foguee en Santiago, el base Stanic, el curtido Bulfoni y el versátil cuatro Terry, constituyen las principales amenazas locales. En cualquier caso, nada que temer si el Caja Laboral evita esos altibajos mortales de necesidad en los que está incurriendo y exhibe el mismo tesón del pasado jueves en la Euroliga. En ese caso, la fe puede derribar cualquier muro.