vitoria. Unas horas antes del atracón de uvas y de celebrar la Nochevieja, el Caja Laboral no descansa y afronta la última cita de 2009 como consecuencia del maquiavélico calendario de la ACB. Una competición que arranca en octubre por el expreso deseo de algunos de quemar con posterioridad etapas de manera demencial. Una de ellas tendrá lugar hoy en un día intempestivo y, para colmo de males, en una pista complicada donde la tropa de Ivanovic acostumbra a sufrir.
El Granada, inmerso todavía en la traumática pelea por alcanzar la Copa del Rey que puede cobrarse algún cadáver inesperado, será la última piedra de toque de este, en líneas generales, exitoso año. Una visita envenenada por mucho que la asignatura pendiente de los locales sea este curso batir a alguno de los colosos ligueros.
La progresiva vuelta de los lesionados ha empezado a dotar de estabilidad al proyecto azulgrana, al que el espaldarazo anímico de las recientes cuatro victorias consecutivas (Estudiantes, Joventut, Real Madrid y Cajasol) le ha permitido ascender a la segunda posición de la tabla clasificatoria, sólo por detrás de un intratable Barcelona.
En tierras andaluzas, el Baskonia debe refrendar la buena línea evidenciada en los últimos tiempos. Con Huertas cada vez más integrado en la dirección y Herrmann en la parrilla de salida dispuesto a acumular kilómetros de rodaje, se atisba un plantel cada vez más sólido que ha efectuado importantes progresos, sobre todo a nivel defensivo. En ataque, en cambio, el margen de mejora todavía es amplísimo y existes recursos suficientes como para no fiar toda la suerte a la primorosa muñeca de Teletovic.
Enfrente se espera esta noche una férrea oposición y nada de obsequios navideños. Más bien, todo lo contrario. Al margen de que el cuadro nazarí necesita la victoria como el comer para apurar sus escasas opciones de disputar la cita copera, se trata de un recinto que suele indigestarse a los alaveses. Sin ir más lejos, la última visita se saldó con un triunfo agónico gracias a una canasta in extremis del ahora barcelonista Pete Mickeal en la prórroga.
Trifón Poch tendrá la duda hasta el último momento de Pablo Aguilar, aquejado de un esguince de tobillo. Sí contará, en cambio, con el resto de su espina dorsal, compuesta por el cerebral timonel Gianella, el excelso tirador Hunter y el rocoso interior Hendrix. Junto a ellos, Joe Ingles -MVP de la última jornada- se perfila como la otra latente amenaza del ataque granadino. En cualquier caso, el Caja Laboral se halla obligado a sumar para no perder la estela del líder Barcelona y colocarle el aliento en la nuca.