VITORIA. Con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia blanca, el Real Madrid ha entrado en una espiral vertiginosa de desembolsos. Tanto en fúbol como en baloncesto, se han sucedido los fichajes multimillonarios. Si en fútbol llegaron los Cristiano Ronaldo, Kaka y compañía a golpe de talonario, en baloncesto tampoco se ha reparado en gastos. Este considerable dispendio, exigido por Ettore Messina antes de estampar su firma en el contrato, no tiene nada que ver con el de las últimas campañas con Joan Plaza al frente del banquillo. El preparador catalán no fue renovado el pasado verano después de que el Baskonia eliminara a su equipo en la semifinal liguera. Su actual ayudante reconoce que la nueva política de la casa blanca no le produce envidia, aunque estos rutilantes fichajes también habrían sido bienvenidos entonces.

Durante su etapa en activo, se erigió en uno de los mejores pívots de Europa en aquella legendaria Yugoplastika de Split. ¿Ve algún límite a Tiago Splitter?

Ahora mismo, es uno de los cincos dominantes en Europa, por su dominio físico, táctico y técnico. El siguiente nivel ya sólo es ir a la NBA, aunque desconozco su ambición y sus claves. Jugar allí es algo que se puede discutir, ya que debería ajustar algunas cosas.

Joan Plaza y usted salieron el pasado verano por la puerta de atrás del Real Madrid, donde peleaban por los títulos. ¿Resulta duro pelear ahora por metas mucho menos ambiciosas?

No. No sólo como entrenador sino también en mi etapa como jugador, me ha sucedido en varias ocasiones durante mi carrera que vas de arriba hacia abajo y al revés. Como profesional, debes intentar dar lo mejor de ti mismo y competir para ganar. No importa entonces si peleas para levantar un título o conseguir la permanencia.

¿Le duele que a Messina le hayan dado todo el oro del mundo en Madrid y que con ustedes se pusiera en práctica una política mucho más austera?

Cada club, especialmente el Barcelona y el Real Madrid, atraviesan diferentes épocas en las que se gastan más o menos dinero. La gente como nosotros que nos ocupamos de la parcela deportiva no podemos controlar eso. Los técnicos trabajamos y buscamos lo máximo con lo que tenemos. En este sentido, yo no tengo ni quejas ni envidias por nada. Además, no quiedo darle más vueltas, ya que es algo que es historia. No nos queda otro remedio que ser profesionales hasta el final con los medios de que disponemos.

El Tabak que brilló vestido de vorto hace unos años, ¿lo habría tenido más fácil o difícil en los tiempos actuales con la masiva proliferación de pívots con almas de alero que no juegan de espaldas al aro?

No me gusta meterme en esto. La primera cosa que debes hacer cuando quieres ser un entrenador es no pensar más como jugador. Si hiciera eso, mi labor de ahora sería mucho más difícil. Tengo una opinión propia sobre esto, pero no la exteriorizaré. Contra algunos de ellos, yo he jugado con anterioridad. Son épocas distintas.